lunes, 19 de enero de 2009

LOS EXTREMOS SE TOCAN

Entre un Dios tan infinitamente lejano, poderoso, sapientísimo, bondadoso y tan perfecto, nos situamos nosotros los humanos, tan aquí abajo, tan ignorantes, a veces tan impotentes y tan llenos de limitaciones e imperfecciones, que necesariamente nos tenemos que tocar o complementar.

Dios sería como una rueda gigantesca dentada y nosotros como minúsculas ruedecillas; pero con los dientes adecuados para poder encajar con la rueda de Dios. Lo pequeño se complementaría con lo grande, siempre y cuando las dos ruedas se adaptaran para engranarse y seguir funcionando.

Dios siempre está dispuesto a ayudarnos si nos dejamos ayudar.

Dios perdona todas nuestras limitaciones, imperfecciones y pecados. Siempre que nos reconozcamos débiles y le pidamos perdón y ayuda.

Dios sigue conservando nuestro planeta mientras nosotros con nuestros comportamientos suicidas no le metamos chinitas en la gran rueda.

Dios nos seguirá dando el gran don de la vida, mientras nosotros colaboremos con la procreación y no los matemos antes de tiempo.

Dios no puede cambiar el giro de la rueda de sus leyes físicas y naturales para que los humanos se esfuercen en investigar y usen sus inteligencias para poder encajar con esa misteriosa rueda y así poder seguir funcionando.

No hay comentarios: