lunes, 4 de mayo de 2009

UN PECADO IMPERDONABLE

El catecismo nos dice que los siete pecados capitales, o sea los más graves son; La Soberbia, la Avaricia, la Envidia, la Lujuria, la Gula, y la Pereza; pero yo creo que el mayor pecado, o el IMPERDONABLE, no es, el no amar a Dios, sino en NO CREER EN EL AMOR QUE DIOS NOS TIENE.

El primer pecado entró en el mundo, no por desobediencia de Adán y Eva, fue por algo más profundo, la desobediencia fue un acto externo. Internamente dudaron del amor de Dios, pensando que si ellos no llegaban a ser como Dios, un día, Dios los dejaría de proteger y ellos conocían bien su impotencia y dependencia de Dios.

Esto mismo es lo que nos suele pasar a nosotros. Queremos sentirnos seguros por nosotros mismos sin tener que depender de nadie y menos de Dios a quien no vemos. De ahí que todo nuestro trabajo y preocupación sea tener mucho dinero, mucha salud, casa segura y confortable.

Por eso, Jesucristo dijo a sus discípulos:

“No os preocupéis de vuestra vida, por lo que habéis de comer, ni de vuestro cuerpo por lo que habéis de vestir; porque la vida es más que el alimento y el cuerpo más que el vestido. Mirad a los cuervos que ni hacen sementera ni cosechan, que no tienen ni despensa ni granero, y Dios los alimenta; ¿Cuánto más valéis vosotros que un ave?”

No creemos en la Divina Providencia porque no queremos depender de Dios, ello nos obligaría a pensar y recurrir más a ÉL, y esto parece que es mucho trabajo y dedicación.

De las 24 horas del día. ¿Cuántas dedicamos a pensar en Dios, en su infinito poder, en pedirle con confianza, y sobre todo, ponernos en sus manos?.

Cuentan del jesuita Padre Rubio, beatificado hace unos años, que andaba tan unido a Jesucristo, que un día, al subir al tranvía de su tiempo, pidió dos billetes, con el consiguiente estupor del cobrador, al ver solo un cura. Si fuéramos capaces de vivir pensando más en Dios, que en otras cosas, andaríamos en mejor compañía.

Bien es verdad que los santos que más han estado unidos a Dios y se han sometido por completo a su voluntad, han sido los que más han sufrido y paradójicamente, han sido los más felices. Por algo será, y es porque si el trabajo viene de Dios. El nos dará la fuerza para sobrellevarlo.” Quien bien te quiere, te hará llorar”, porque al final recibirá mayor recompensa. Lo que importa es el final, como cuando vas de camino, es llegar. Y nosotros, queramos o no, estamos de camino hacia otra vida mejor.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Su hijo, me ha hablado de su blog, el comoentario sobre el P. Rubio S.I. me ha hecho recordar varias anécdotas, o milagros en vida, como cuando fue a llevar la unción, en una falsa llamada de unos jóvenes, y cuando llego les dijo que el que estaba en la cama como falso moribundo realmente se estaba muriendo, lo hallaron muerto y los otros "amigos" abrazaron la vida religiosa

Luis Alberto dijo...

Como todas las noches, amigo Roque Ud. no deja de sorprenderme. Cuando leo sus aportes me quedo pensando.¡Cuantas lecturas y relecturas admiten!. Un Abrazo virtual.

Roque Pérez dijo...

Estimado Santiago:Gracias por visitar mi blog y recordarme lo que ya sabía; pero que no encajaba con la idea del artículo, me quedé con ganas.
Un saludo cariñoso.

Estimado Luis Alberto: Veo que Vd. es un hombre de Dios. Ojala hubiera muchos como Vd.
Abrazo virtual

Esperanza dijo...

Precisamente yo pensaba ayer, ante unas circunstancias adversas , que había dejado de lado la Providencia de Dios y que estaba queriendo resolver todas las cosas con mi propio esfuerzo.
Veo providencial que tu artículo hable de lo mismo , quizás sea un recordatorio.
Un abrazo

Anónimo dijo...

Soy un joven de 22 años y quiero agradecer su testimonio de fe y esperanza. A veces es difícil ser joven y católico pero, cuando uno ve personas como usted, que con toda su ilusión y su cariño intentan acercarnos a Dios, se plantea qué puede hacer para llevar a Dios a los demás.
Le leo, don Roque.
Un abrazo fraterno en Cristo Rey,
Mario

Roque Pérez dijo...

Estimado Mario: Ojala hubiese muchos jóvenes como tú. El mundo sería otro. Roguemos a Dios los encuentre.
Te agradezco mucho que me visites
Un abrazo.