sábado, 10 de agosto de 2013

¿SIN DIOS SE PODRÍA VIVIR MEJOR?


         Esto, por desgracia, es lo que muchos piensan, dicen y hasta desearían  porque no les gusta y ni les conviene lo que DIOS MANDA.

         Pensar, decir y hasta desear VIVIR SIN DIOS sería tan absurdo y perjudicial, si realmente queremos VIVIR, como sería el DESEAR:

No tener padres a quienes OBEDECER y en la vejez MANTENER, olvidándose de que han sido CRIADOS.

No tener EDUCADORES que les OBLIGAN a estudiar.

Ni GOBIERNO ni LEYES que limiten nuestra LIBERTAD

Ni DISCOS rojos que nos prohíban la LIBRE  circulación.

Y así otras muchas cosas que nos fastidian sin las cuales no podríamos vivir.

Nadie puede negar que la VIDA  es  un REGALO de DIOS y de nuestros PADRES que, a muchos, se le puede convertir en un CARAMELO ENVENENADO

Las dificultades, problemas, contratiempos y otras muchas adversidades normales o extraordinarias puede que ENVENENEN la vida de los que VIVEN SIN DIOS porque no LO  CONOCEN o porque crean que SIN DIOS SE VIVE MEJOR.

Los hay que teniendo que soportar una PERRA VIDA son felices, precisamente por VIVIR CON DIOS.

San Pablo escribió a los Corintios:

“Llevamos este tesoro (la vida) en vasos de barro para que la excelencia del poder  sea de DIOS y no parezca nuestra.
                                    
En todo somos APREMIADOS; pero no ACOSADOS.
PERPLEJOS pero no DESCONCERTADOS
PERSEGUIDOS; pero no ABANDONADOS
ABATIDOS, pero no ANIQUILADOS.

Llevando siempre en el cuerpo los sufrimientos de Cristo para que la vida de Jesús se manifieste en nuestro tiempo.

Por lo cual no desmayamos, sino que mientras nuestro hombre exterior se corrompe, nuestro hombre interior se renueva de día en día.

Pues por la momentánea y ligera tribulación nos prepara un peso eterno de gloria incalculable, y no ponemos nuestros ojos en las cosas visibles, sino en las invisibles; pues la VISIBLES son TEMPORALES y las INVISIBLES. ETERNAS” (II Cor.cap.4)


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