miércoles, 10 de marzo de 2010

10-3-10 ¿CUÁNDO DIOS SE SENTIRÁ QUERIDO COMO PADRE?

      
      Si alguien ignora o duda de que Dios es PADRE de todos y cada uno de los casi actuales seis mil millones de seres humanos y de que cómo lo estará pasando, conviene que recuerde lo que la Sagrada Escritura dice al respecto.   

        Ya el Profeta Isaías (Cap 63) dijo: “Ni Israel nos reconoce: pero TÚ eres, ¡Oh Yavé! nuestro PADRE.”

      “¿No se venden dos pajaritos por un as?

       Pues sin embargo, ni uno de ellos cae en tierra sin la voluntad de vuestro PADRE.”

       Aun todos los  CABELLOS de vuestra cabeza están CONTADOS.

        No temáis, pues valéis mucho más que muchos pajarillos.”

“     ¿Quién de vosotros es el que, si su hijo le pide pan, le dará una piedra, o, si le pide un pez, le da una serpiente. Si, pues vosotros, siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos ¡cuánto más vuestro PADRE, que está en los cielos, dará cosas buenas a quien se las pide!”

        “Cuando oréis, decid: PADRE, nuestro:

          Santificado sea tu nombre, venga tu reino etc.”

        “No andéis buscando qué comeréis y qué beberéis, y no andéis ansiosos, porque todas estas cosas las buscan las gentes del mundo; pero vuestro PADRE sabe que tenéis de ellas necesidad.”

        “Vosotros buscad su reino y todo eso se os dará por añadidura.”

         “Yo soy la vid verdadera y mi PADRE es el viñador. Todo sarmiento que en mí no lleve fruto lo cortará; y todo el que de fruto, lo podará para que dé más fruto.”

          ¿Sería Dios envidiable o digno de compasión, si como hemos leídos en los Evangelios, Dios es nuestro PADRE y se preocupa de TODOS y cada UNO de nosotros, teniendo contados hasta nuestro CABELLOS?

           Es posible que Dios, según nuestro criterio, no lo esté pasando muy bien si sólo contemplamos los millones de hijos que andan ignorándole, rebeldes, desobedientes y hasta odiándole.

           Los muchos hijos que andan repartidos por todo el mundo, que le sirven con fidelidad y sobre todo, con tanto AMOR que hasta dan la vida por EL, hacen que le rebose el corazón de tal alegría y satisfacción que le obliga a perdonar y transigir con los que le odian.

           Algunos padres de familia numerosa podrían decirnos que, a veces, son dignos de compasión cuando se le acumulan los problemas; pero no por eso dejan de querer a sus hijos porque todos caben en su corazón.

           Pues si los hombres, con sus limitaciones, tienen, ese corazón grande.

          ¿Cuánto más Dios?

           A los que tengan hijos obedientes, cariñosos, responsables, que se van situando y no les crean problemas, podrán pensar y decir que son envidiados.

     ¿Cuándo Dios se sentirá QUERIDO como PADRE?

No hay comentarios: