NUNCA, porque Dios jamás se dará por VENCIDO.
Efectivamente, Dios tiene demasiado PODER y por mucho que
neguemos su EXISTENCIA, LE odiemos y lleguemos a tal grado de corrupción y
hediondez que tenga que taparse la nariz,
nos seguirá AMANDO, porque el AMOR de DIOS es CIEGO.
Alguien puede pensar que si la IMAGEN y SEMEJANZA con que
Dios nos dotó la estamos desfigurando de tal forma que nos pueda llevar a la
conclusión de que el tal CREADOR no ha existido y si existe, se equivocó.
Los
que están muy equivocados son los que así piensen, porque ignoran que Dios sabía de antemano que MUCHÍSIMOS les
saldrían rana.
Ya que Dios nos creó a conciencia porque quería, como genial
ARTÍFICE, crear una INCREIBLE OBRA con
materiales de derribo, como somos los humanos
Aunque parezca mentira, Dios quiere estar rodeado en el
CIELO, no de ángeles, que ya está, sino, de PECADORES arrepentidos
No
olvidemos que en el Cielo será mayor la
alegría por un PECADOR que haga penitencia que por noventa y nueve justos que
no necesitan de penitencia (Luc.15-7)
Pero, ¿Por qué vale tanto un PECADOR arrepentido?
Porque el pecador ARREPENTIDO si se considera
CULPABLE, merecedor de cualquier CASTIGO
y no busca el AMOR DE DIOS como recompensa, sino porque él también quiere AMARLE
con un amor tan DESINTERESADO que puede llegar, sin pretenderlo, a la ALTURA del AMOR de DIOS y
por lo tanto a ser como Dios, cosa que nuestros padres no consiguieron por
AMBICIÓN que es lo que, por herencia, nos lleva casi siempre al pecado.
Veamos cómo trató Jesucristo a una PECADORA ARREPENTIDA.
“A Jesús le invitó un fariseo a comer con él, y entrando en
su casa, se puso a la mesa.
Y he aquí que llegó una mujer PECADORA que había en la
ciudad, la cual, sabiendo que estaba a la mesa en casa del fariseo, con un pomo
de alabastro de ungüento, se puso detrás de Él, junto a sus pies, llorando, y
comenzó a bañar con lágrimas sus pies y los enjugaba con los cabellos de su
cabeza, y besaba sus pies y los ungía con el ungüento.
Viendo lo cual, el fariseo que le había invitado dijo para
sí: Si éste fuera profeta, conocería quién y cuál es la mujer que le toca,
porque es una pecadora.
Tomando Jesús la palabra, le dijo: Simón, tengo una cosa que
decirte. El dijo: Maestro, habla.
Un prestamista tenía dos deudores: el uno le debía
quinientos denarios; el otro, cincuenta. No teniendo ellos con qué pagar, se lo
condonó
¿Quién. pues, le amará más?. Respondiendo Simón dijo:
Supongo que aquel a quien condonó más. Díjole:
Bien has respondido.
Y vuelto a la mujer, dijo a Simón: ¿Ves a esta mujer? Entré
en tu casa y no me diste agua a los pies; mas ella ha regado mis pies con sus
lágrimas y los ha enjugado con sus cabellos, No me diste el ósculo: pero ella desde
que entré no ha cesado de besarme los pies. No ungiste mi cabeza con óleo, y
ésta ha ungido mis pies con ungüento.
Por lo cual te digo que le son PERDONADOS sus muchos
pecados, porque AMÓ MUCHO. Pero a quién poco se le perdona, POCO AMA..
Y a ella le dijo: Tus PECADOS te son PERDONADOS.(Luc.7.v.36)
Queda
de manifiesto que el AMOR a Jesús de esta Mujer Pecadora fue de tal ALTURA, que
sin pretenderlo, se puso a la
ALTURA del AMOR que Jesucristo SINTIÓ por ella.
Un flechado de AMOR DIVINO atravesó los DOS corazones.
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