El que esté aburrido, cansado y asqueado de OIR, VER o LEER tanta palabrería necia, insultante, mordaz, mentirosa, calumniante, ineficaz y DESTRUCTIVA, que lea lo que San Juan Evangelista dejó escrito al principio de su Evangelio sobre el VERBO (que es la PALABRA de DIOS)
Al principio era el VERBO
y el Verbo estaba en Dios.
y el Verbo era DIOS.
Todas las cosas fueron hechas por ÉL
En ÉL estaba la
Vida
y la Vida
(palabra) era la luz de los hombres.
La luz (palabra) luce en las tinieblas,
Pero las tinieblas no la acogieron.
Leamos también en el capítulo 6 de San Juan la TRANSCENDENCIA que
tienen esas PALABRAS DE VIDA ETERNA porque también nos darán VIDA TERRENAL ya
que son Palabras CONSTRUCTIVAS y de auténtico
PROGRESO.
“Habiendo hallado a Jesús al otro
lado del mar, LE dijeron:
Rabbí,
¿Cuándo has venido aquí? Les contestó Jesús y dijo:
Vosotros me buscáis no porque habéis visto los milagros,
sino porque habéis comido los panes y os habéis saciado.
Procuraos no el alimento PERECEDERO, sino el alimento que
PERMANECE hasta la vida eterna.
Dijéronle, ¿Qué haremos para hacer las obras de Dios?
Respondió Jesús: La obra de Dios es que CREÁIS en aquel que
El ha enviado.
Ellos le dijeron: TÚ ¿Qué señales haces para que veamos y
creamos? ¿Qué haces? Nuestros padres comieron el maná en el desierto.
Díjole Jesús: Moisés no os dio pan del cielo; es mi Padre el
que os dio el verdadero pan del cielo; porque el pan de Dios es el que bajó del
cielo y da la vida al mundo.
Dijéronle ellos: Señor danos siempre ese pan.
Les contestó Jesús: Yo soy el pan de vida; el que viene a
mí, ya no tendrá más hambre y el que cree en mí, jamás tendrá sed.
Pero yo os digo que vosotros me habéis visto y no me creéís.
Esta es la voluntad de mi padre, que todo el que ve al Hijo
y cree en EL tenga la vida eterna y yo
lo resucitaré en el último día.
Yo soy el pan vivo bajado del cielo; si alguno come de este
pan, vivirá para siempre, y el pan que yo le daré es mi carne, vida del mundo.
Disputaban entre sí los judíos, diciendo:
¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?.
Jesús les dijo: En verdad, en verdad os digo que si no
coméis la carne del Hijo de hombre y no bebéis su sangre, no tendréis vida en
vosotros.
Porque mi CARNE es verdadera COMIDA y mi SANGRE es verdadera
BEBIDA.
El que come mi carne y bebe mi sangre ESTÁ EN MÍ y YO EN ÉL.
Luego de haberLO oído, muchos de sus discípulos dijeron:
¡Duras son estas palabras! ¿Quién puede oírlas?
(¿Tendríamos
que ser antropófagos?. Esto no hay quien lo entienda, es lo que muchos podrían
pensar y decir hoy.
¿Quién
entiende que de la unión de un espermatozoide y un óvulo puedan nuestros padres
habernos dado el cuerpo de CARNE y Dios la VIDA?)
Desde
entonces muchos de sus discípulos se retiraron y ya no le seguían.
Y
dijo Jesús a los doce: ¿Queréis iros vosotros también?
Respondióle
Simón Pedro: Señor, ¿A quién iríamos?
TÚ TIENES PALABRAS DE VIDA ETERNA
Aunque sólo Dios pudo pronunciar tales PALABRAS, nosotros
seguimos sin CREERLAS ni tenerlas en cuenta y así nos va la vida.
El día que digamos “Señor TÚ tienes palabras de Vida Eterna”
y obremos en consecuencia, empezaremos a
gozar ya aquí TEMPORALMENTE algo de esa VIDA ETERNA,
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