Si en este mundo se RESPETAN y se CUMPLEN las ÚLTIMAS
VOLUNTADES de cualquier pariente ya moribundo.
¿No deberíamos hacer lo mismo con lo que Jesucristo pidió en
su ÚLTIMA CENA y despedida de sus discípulos?
“Como el Padre me amó, yo también OS HE AMADO; permaneced en MI AMOR.
" Si guardareis mis preceptos, permaneceréis en mi amor, como
yo guardo los preceptos de mi Padre y permanezco en su amor.
Este es mi PRECEPTO: Que os AMÉIS unos a otros como yo OS HE
AMADO.
Nadie
tiene amor mayor que este de DAR uno la VIDA por sus AMIGOS.
Vosotros
sois MIS AMIGOS si hacéis lo que OS MANDO"
"
El amor del que nos habla Jesucristo no es el del Enamoramiento
muy humano y que, a veces, hasta es necesario que no falte en una pacífica y duradera convivencia cuando los dos
o uno olviden o ya no aprecien los
valores humanos por los que se enamoraron.
El “Que os améis unos a otros” es algo más
profundo, desinteresado y sacrificado, como el SUYO, cuando dijo “COMO YO OS HE AMADO” y añadió: Nadie tiene amor mayor que este de dar la vida por sus amigos”
Jesucristo no nos puede pedir que demos la
vida por los demás; ni que tampoco dejemos de sentir cierta animadversión hacia
algunos que no nos caen bien, siempre que no lo consistamos.
Puede y debe existir entre todos nosotros
un amor que yo llamaría, como mínimo TOLERANCIA entre Países, Naciones,
Pueblos, Vecinos y Familiares etc, etc, puesto que TODOS somos HIJOS de Dios y
por lo tanto hermanos, aunque cada uno de nuestro padre y nuestra madre.
La tolerancia, cosa tan fácil y tan difícil
de practicar nos evitaría tantas guerras, enfrentamientos, odios, venganzas,
calumnias, injusticias, discusiones etc.etc. y viviríamos en paz como también
dijo Jesucristo:
Mi PAZ o dejo mi PAZ os doy; pero no como la
da este mundo.
La
Paz que nos ofrece Jesús es tan fácil y difícil como por
ejemplo:
No querer tener siempre la razón.
No creerse mejor que el otro
Dudar, al menos de que lo que uno piensa y
hace es lo mejor.
No querer que todo el mundo sea igual que uno.
Aceptar y tolerar las manías y costumbres
de los demás.
Jamás calumniar, ni criticar
No odiar a nadie por malo que sea porque,
Yo debo AMAR al que DIOS AMA aun cuando sea mala persona.
Creando así
en la tierra una TRINIDAD de tres distintas personas y
UN solo AMOR, el de DIOS.
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