Porque la humanidad, nada más salir del Paraíso y pisar la tierra, la regó con la SANGRE de Abel derramada por la ENVIDIA y AMBICIÓN de su hermano Caín
Así empezó el primer CAMBIO o revolución de la historia.
Así empezó el primer CAMBIO o revolución de la historia.
Dios no tuvo más remedio que aceptar tal CAMBIO y dejar que
la humanidad se fuera desarrollando y PROGRESANDO; pero siempre con envidia y
ambición y por lo tanto con SANGRE.
De todas las GUERRAS declaradas por envidias, ambiciones y
sangre de inocentes, Dios ha sacado el provecho de un cambio y a veces PROGRESO para otros venideros.
En las revoluciones políticas y religiosas por motivos inconfesables en donde también se
ha derramado mucha SANGRE INOCENTE, Dios, como compensación, ha ofrecido cambio
y bienestar sobre todo ESPIRITUAL para muchos
Lo mismo suele suceder con los cataclismos naturales. Mueren
muchos y casi siempre los más POBRES, que al no haber sido atendidos en la
tierra, Dios se los lleva al cielo, donde entran hasta con las botas puestas por lo mucho
que han sufrido y además sus hijos podrán alcanzar un mejor NIVEL de vida
La historia confirma y parece que es Ley misteriosa de vida,
que para que se pueda construir algo mejor, antes hay que destruir algo peor.
La revolución y cambio más silencioso y SANGRIENTO de toda
historia la produjo JESUCRISTO que como
Dios y como hombre, Nació, Vivió y tuvo que morir en CRUZ para que nosotros
pudiéramos VIVIR mejor. “Conviene que un hombre MUERA por el PUEBLO” dijo
Caifás
Y parece ser que para que ese CAMBIO silencioso, ambicioso y
altamente provechoso para todos siga su curso ascendente, se tiene que trabajar
duro, sufrir persecuciones y hasta DERRAMAR SANGRE para obtener un mundo MÁS
JUSTO Y SOLIDARIO y sobre todo conseguir la ETERNA SALVACIÓN.
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