Es posible que para los que no CREAN o no quieran creer, le
parezcan ridículas esas exhibiciones y manifestaciones sentimentales públicas y
masivas.
Esos tales si son HISPANOS y no turistas y les queda algo de
sentimiento humano, no podrán evitar sentir algo de emoción si contemplan el
desfile de los legionarios cantando y portando el Cristo de la Buena Muerte.
Para muchos cofrades, al ponerse la túnica, puede que se sientan
avergonzados de sus pecados, al menos un día al año, que algo es algo, y
esperen el perdón al ocultarse en el capirote.
Para el pueblo CREYENTE, culto o inculto, pero liberado,
aunque sea por unos momentos, de tantos sentimientos de odio hacia tantas
injusticias, cuando contemple una
Procesión y una saeta cantando diga:
Que todo un DIOS hecho HOMBRE vaya
clavado en la CRUZ
como un malhechor, siendo el más INOCENTE y encima vaya así por AMOR a nosotros
que también somos injustos con los demás, se sentirá inundado de unos
sentimientos de AGRADECIMIENTO y de arrepentimiento, que no es poco, dados los
tiempos que corren.
Si una IMAGEN vale más que mil palabras, es porque pasa
directamente de la VISTA a un CORAZÓN compasivo, agradecido y
esperanzado sin pensar en nada más.
Por unos momentos, el ser humano tan torturado, se siente
UNO y CONSOLADO por el AMOR de un DIOS hecho una piltrafa.
El que no tenga tales sentimientos; religiosos, pero los
tenga artísticos, podrá contemplar, gratis, un MUSEO ambulante de un valor incalculable
y hasta es posible que al palpar la
FE y sentimientos contenidos de los que le rodean, le toque
sus fibras más íntimas.
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