Si no podemos evitar ir envejeciendo y perdiendo vitalidad corporal y hacemos lo indecible para revitalizarlo, como hacemos con los ojos corporales operándose de cataratas cuando se pierde visión
¿No deberíamos hacer lo
mismo con los OJOS de nuestra FE, que con el tiempo, y a veces con el
poco uso que hacemos de ellos, van perdiendo VISIÓN de lo Trascendente y así
andamos tropezando con toda clase de pecados?
Cuando con el
Bautismo, una buena educación religiosa y la Primera Comunión se nos abren los OJOS de la FE , podremos empezar a disfrutar de todo cuanto nos dicen las Sagradas
Escrituras, porque deberíamos creer sin dudas que todo lo que cuentan son la PALABRA de DIOS
Esta es la edad más gratificante para nosotros y para los
que nos rodean porque es la más pura, inocente y verdadera.
Pero cuando se entra en el torbellino de la juventud y se
despierta el sexo, las pasiones y al creer que los que nos dice la FE nos obligaría a vivir
ENJAULADOS, nos revelamos y empezamos a distorsionar lo que vemos o no queremos
ver y así andamos, si no tropezando, si caminando por senderos perjudiciales.
En la madurez, con el
trabajo, la familia los hijos etc, cabe la posibilidad de que no se puedan VER con
los ojos de la FE ,
un tanto NUBLADOS por los múltiples problemas que el ÚNICO que nos puede AYUDAR es DIOS.
Pero también puede
suceder que las pasiones descontroladas
hayan creado un comienzo de CATARATAS en los ojos de la FE de tal calibre que se vea todo tan borroso o DOBLE que se
escoja y se VIVA en la VISIÓN
equivocada sin posibilidad de rectificar.
Si se llega a la vejez habiendo bregado, luchado y sufrido de
tal forma que ya ni se tenga FE porque las cataratas se lo han impedido, pero
si le queda un atisbo de FE y teme lo peor e inevitable, pues que se OPERE de cataratas para poder LEER
los Evangelios y acudir, no a un ambulatorio, como se hace para cuidar la salud,
sino acudir a quien le pueda cuidar el alma.
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