Nuestros padres, nos dotan de un cuerpo muy complicado y bien formado y no por el arte de magia ni por generación
espontánea, sino por el poder de Dios.
El
YO que es el cuerpo visible y palpable, que exige tantos cuidados y es fuente de placeres y de enfermedades,
hace que en algunos momentos negros PENSEMOS atrocidades o imaginemos
verdaderas creaciones geniales que ni siquiera Dios las ha creado, como serían
las literarias, las musicales y otras tantas.
Lo triste y paradójico es que hayan existido y existan
quienes dotados de una inteligencia
capaz de pensar o imaginar esas creaciones geniales propias de un Dios, se las
atribuyan a ellos de tal forma, que lleguen a negar la existencia del Dios que
les ha dotado de esa inteligencia.
Cualquiera de nosotros, podrá imaginar y pensar llevar a la práctica las
mayores atrocidades o los heroísmos insospechados
Aun teniendo un cuerpo desahuciado, se
consigue en este mundo una felicidad infinitamente superior a la que podría
haber gozado de todos los placeres con un cuerpo escultural.
Bien es verdad que esto sólo lo han conseguido los
Santos y por eso están donde están.
Pero también los cristiano de a pie, podremos
disfrutar de una felicidad desconocida, siempre que usemos una cosa
tan fácil, sencilla e invisible como es
el PENSAR con FE que estamos en las MANOS de DIOS, que Jesucristo no sólo está en la EUCARISTÍA , sino que
camina a nuestro lado, si así lo PENSAMOS.
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