miércoles, 25 de febrero de 2009

¿CÓMO SERÁ DIOS?

Esto es lo que quisiéramos saber ya, aun estando en este mundo; pero no lo sabremos hasta que lo veamos cara a cara.

Algo podemos saber, aunque no en su plenitud, si leemos las Sagradas Escrituras, sobre todo los Evangelios.

Ya en tiempos de Jesucristo, sus discípulos lo querían saber cuando Felipe dijo:
”Señor muéstranos al Padre.” Y Jesucristo: le dijo: “Felipe, quien me ve a mí ve al Padre”. Por lo tanto si ahora somos capaces de estudiar lo mucho que hizo y predicó Jesucristo que como Dios que era, sabremos cómo será Dios.

Jesucristo fue PODEROSO, curó muchas enfermedades, tuvo poder sobre los vientos, tempestades y hasta resucitó muertos.

Fue CARIÑOSO, pues se compadeció de las gentes, limpió leprosos y hasta lloró en la muerte de su amigo Lázaro.

Fue MISERICORDIOSO, cuando perdonó a la mujer adúltera, perdonó al buen ladrón y también perdonó a los que le estaban crucificando; pero la mayor muestra de que Dios es misericordioso es el comportamiento que tuvo el padre en la parábola del hijo pródigo al abrazar al hijo que volvió arrepentido de su mala vida, olvidándolo todo.

Así hará Dios con todo el que se presente ante El habiendo reconocido los propios pecados y pedido perdón.

Jesucristo también fue JUSTO cuando con un látigo expulsó del templo a los mercaderes y llamó sepulcros blanqueados y razas de víboras a los escribas y fariseos porque con apariencia de buenos se obstinaban en sus pecados.

El día que nuestro deseo de ver a Dios sea tan grande como el que tenía San Pablo cuando dijo: “Cupio disolvi et esse cum Christo” que significa “Deseo morir para estar con Cristo”, entonces miraremos el momento de la muerte con otra cara.

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