miércoles, 3 de junio de 2009

HASTA DIOS ESTÁ CEDIENDO

Muchas veces, una retirada a tiempo, puede suponer una victoria, siempre que se sepa cuánto y hasta dónde hay que retroceder.

Hoy día, casi todo el mundo está cediendo en sus creencias, ideas y costumbres. Los gobiernos ceden ante la corrupción e intereses partidistas. La Iglesia anda predicando tímidamente y a media voz que la Gloria y el Infierno existen.

La permisividad es una realidad tan evidente, que la mayoría acepta, como lo más natural lo del divorcio, el aborto, la eutanasia, el amor libre, que no se tema al infierno ni se espere la gloria, que se viva pensando que lo del pecado y la transcendencia son puras invenciones religiosas, políticas y sociales para tener esclavizados a los hombres.

¿No será que Dios, supremo estratega, se está retirando, perdiendo alguna batalla para ganar finalmente la guerra?

Cuando la humanidad entera sufra en sus propias carnes todas estas aberraciones y el materialismo más brutal atenace los espíritus, entonces correrá diezmada, enferma y envejecida, en busca de Dios.

Lo trágico de todo esto es que la humanidad eufórica por las batallas que está ganando y las conquistas materiales conseguidas, no se da cuenta que al final, caerá en una emboscada y, los pocos que ven esto venir, o se sienten impotentes para detener ese avance suicida e imponer una retirada a tiempo, o en ellos, es superior el deseo de aventura y esperan conquistar algo desconocido y mejor para la sociedad.

¿No estaremos entrando en el comienzo de una batalla perdida, para entrar en otra guerra ganada por Dios, como ha sucedido en otras épocas?

¿Qué hacer individualmente ante eso?. ¿Luchar?. ¿Ceder?. ¡Angustiante encrucijada!. Lo fácil sería elegir cualquiera de los dos caminos, lo difícil, la vía intermedia: saber ceder en lo que sea lógicamente razonable sin perder de vista los principios básicos de la vida misma, como son las leyes naturales impresas por Dios en nuestra naturaleza y lo que Dios nos ha revelado en las Sagradas Escrituras con la interpretación nos ofrece su Iglesia.

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