La PAZ es: Un SOSIEGO y buena CORRESPONDENCIA de unas personas con otras, especialmente en las familias, en contraposición a las disensiones, riñas y pleitos.
LA LIBERTAD es estado o CONDICIÓN de quien no es
ESCLAVO.
Así
define la PAZ y la LIBERTAD la Real Academia
de la Lengua Española.
Sepamos como define Jesucristo LA PAZ y LA LIBERTAD.
“La
paz os dejo, MI PAZ os doy; no como el mundo la DA".
Si
PERMANECÉIS en mi PALABRA, le dijo Jesús a los judíos que habían creído en ÉL,
seréis en verdad discípulos míos y conoceréis la verdad y la verdad os LIBRARÁ.
Respondiéronle ellos: Somos linaje de Abraham,
y de nadie hemos sido jamás siervos. ¿Cómo dices tú: Seréis libres?. Jesús les contestó:
En verdad, en verdad os digo que todo el que
comete pecado es SIERVO del PECADO.
Para
tener una PAZ verdadera, duradera,
interna y externa, hay que vivir internamente con SOSIEGO cosa que difícilmente
se puede conseguir si no se está en paz con uno mismo porque la mala conciencia
nos tiene declarada la guerra con sus evidentes acusaciones.
Sólo se puede adquirir una buena CORRESPONDENCIA con los
demás, si se sabe ceder de los propios derechos, criterios y jamás pretender que los demás opinen, tengan los mismos
gustos y se comporten como uno desea y no se va por la vida criticándolo todo
obsesivamente.
PERDONANDO todo lo que es perdonable, que es mucho más de lo
que a veces se estima y si se “Perdona setenta veces siete” sabiendo que “El perdonar
es la venganza de los grandes hombres” se vivirá mejor consigo mismo y con los demás.
“Perdona
nuestras OFENSAS (que a veces son muchas) como nosotros perdonamos a los que
NOS OFENDEN” (a veces son tonterías).
El
que odia o tiene manías obsesivas, vivirá en continua guerra interna o externa que sólo
producirá desasosiego o enfrentamiento peligroso.
Sin
darnos cuenta, siempre estamos ESCLAVOS de alguien o de algo.
Somos
esclavos de ciertas normas y leyes injustas y punitivas, ante las cuales nos
vemos indefensos.
Existen
otras muchas esclavitudes a las que nos esclavizamos, como el tabaco, el alcohol, la droga, los
caprichos, los odios, el libertinaje y el estar más pendientes del qué dirán y
esclavizados de las propias mentiras.
Queda
bien claro que si realmente queremos vivir en PAZ y LIBERTAD no tendremos más
remedio que seguir los consejos de Jesucristo y PERMANECER a su lado.
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