domingo, 24 de febrero de 2013

¿Cual es la gran PARADOJA de la VIDA?


        Si nos analizamos comprobaremos que vivimos en una continua paradoja y contradicción:
   
        Hacemos lo indecible para  encontrar un trabajo y cuando lo tenemos, lo odiamos.

         Los que se casan con frenesís, a los pocos años se odian a muerte.

         Esta y otras muchas paradojas no son  nada comparables con la de aquellos que dicen tener  la certeza, equivocada, de que con la muerte se acaban todos los problemas, sufrimientos y que ya no hay nada más, defiendan su PERRA vida como gato panza arriba, odiando la muerte que sería su liberación.

         La más TRISTE y terrible PARADOJA es la que ofrecen los que teniendo FE, y ESPERAN una VIDA MEJOR  después de la muerte, apenas se acuerdan de ella, la temen y viven rabiando y desesperados.

         También los hay en los que esa paradoja se convierte en una CONGRUENCIA muy razonable porque viven lo de San Juan de la Cruz:  “Vivo sin vivir en mi y tan alta vida espero que muero porque no muero” o lo de San Pablo “Deseo morir para estar con Cristo”.

         Pero para poder disfrutar de tan altos pensamientos habría que vivir pensando lo que también decía Santa Teresa: Que nuestra vida es como “Una mala noche, en una mala posada” y nuestro vivir debería ser como el de San Pablo cuando dijo “Mi vivir en Cristo” o al menos vivirla como el Salmista.

 “Tengo siempre al Señor en mi PRESENCIA
             LO tengo a mi derecha y así nunca tropiezo”.

         Por desgracia nos aferramos tanto a esta vida, sea como sea, que hasta la propia muerte siente lástima de desengañarnos, dejándonos disfrutar de nuestra vida como de  un juguete roto.

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