Cuando decimos: “PADRE nuestro que estás en los, cielos…”es
posible que no sepamos que también nos estamos dirigiendo a Jesucristo que fue quien nos lo enseñó.
Sepamos que Jesucristo como hombre es Dios y por lo tanto
junto con el Padre y el Espíritu Santo,
nos ha creado, nos escucha, nos ve y
como tiene nuestra sangre, es uno más de los nuestros.
Lo triste es que apenas somos conscientes de que tenemos a
nuestro lado, nada menos que a todo un DIOS que está deseando llegar al trato
más íntimo con cada uno de nosotros.
¿Cuántas veces leemos los siguientes consejos de Jesucristo
que son palabras de VIDA ETERNA y no nos dejan ni huella?
Yo soy el Camino la Verdad y la Vida.
Sin mí no podéis hacer nada.
Venid a mí todos los que andéis cargados con trabajos y
cargas y yo os aliviaré, porque mi yugo es suave y mi carga ligera.
Buscad
primero el reino de los cielos (que aquí en la tierra es la honradez, el
trabajo, el sacrificio y el amor a Dios a los demás) y todo lo demás se os dará
por añadidura.
Pedid, y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os
abrirá. Porque quien pide, recibe, quien busca halla y a quien llama se le
abre. Vuestro Padre que está en los cielos, dará cosas buenas a quien se las
pide.
Cuando CREAMOS y sobre todo VIVAMOS pensando e imaginando que Jesucristo en PERSONA, está tratándonos de TÚ a tú, a sabiendas que en este trato, LO tendremos en exclusiva, nos sentiremos seguros y tranquilos porque está en NUESTRA morada y en el Cielo estaremos MUCHOS con Él.
Cuando CREAMOS y sobre todo VIVAMOS pensando e imaginando que Jesucristo en PERSONA, está tratándonos de TÚ a tú, a sabiendas que en este trato, LO tendremos en exclusiva, nos sentiremos seguros y tranquilos porque está en NUESTRA morada y en el Cielo estaremos MUCHOS con Él.
No hay comentarios:
Publicar un comentario