Para que ni siquiera nos pudiera rozar tanta injusticia, tanta corrupción, tanto libertinaje y tanto
desgobierno.
No olvidemos que Dios nos ha
dotado de dos alas para poder volar por
encima de los problemas, angustias, necesidades que nos tiene aprisionados en
la tierra que pisamos.
Podremos posar en las ramas, como cualquier pájaro y
cuando la rama se quiebre, levantar el
vuelo y buscar otro punto de apoyo y sobre todo, volar por encima de todo sin
perder de vista lo que está por debajo.
Estas dos alas son la FE y la ESPERANZA.
El que sea capaz de mirar todo lo que le acontezca en
la vida con ojos de Fe y Esperanza, sabiendo que todo lo de aquí abajo es
temporal y transitorio, vivirá como el gorrión que volando de rama en rama,
sólo descenderá al suelo para buscar las migajas, que es lo que en
realidad, muchas veces, nos da la vida.
Cuenta John Milton que a su amigo le diagnosticaron
una enfermedad grave. Pasó por su mente acabar con sus problemas… dar fin a su
vida; pero le salvaron las dos alas: FE y ESPERANZA. Echó mano del tesoro y
empezó a despegar del suelo.
No olvidemos el proverbio ruso: “El martillo destroza
el cristal: pero también forja el acero”
Blanca Varela, poeta peruana escribió: “Donde todo
termina…abre las alas” Cuando el desaliento, el aburrimiento intente hundirte
en la depresión, agárrate a tu firme creencia y esperando ciegamente en que
Dios será la única rama en la que podrá
posar y desde ella dominar todo lo que queda por debajo.
San Juan de la
Cruz escribía:
“Los santos… tomarán alas como el águila,
Volarán
y no desfallecerán”
“Por una extraña manera,
mil
vuelos pasé de un vuelo,
porque
esperanza de cielo
tanto
alcanza cuanto espera”
“Volé tan alto, tan alto,
que dí a
la caza alcance”
Santa Teresa de Jesús afirmaba:
“Mucho
ayuda a soltar alas, tener pensamientos altos”
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