Aunque sabemos por Fe que Dios ha creado cuanto existe, pocas veces
nos hemos detenido a reflexionar sobre algunas de las muchas creaciones que nos
aturden pero; que la ciencia nos las afirma y nosotros nos las CREEMOS sin VERLAS
El Sol es un millón trescientas mil
veces mayor que la tierra y dista de nosotros ciento cincuenta millones de kms..
Nuestra galaxia, la Vía Láctea, tiene cien
mil millones de soles
Galaxia como la nuestra se conocen cien
mil millones.
El número total de las estrellas del
Universo se calcula en unos doscientos mil trillones.
Todas estas estrellas y bolas
gigantescas van a enorme velocidades.
La Tierra va a cien mil kilómetros por hora, es
decir a treinta kilómetros por segundo y ¡¡nosotros estamos quietos sin sentir nada¡¡
El Sol va a trescientos kilómetros por
segundo.
El movimiento de todos estos astros es
tan exacto que se puede hacer el almanaque con muchísima antelación.
Una pequeña reflexión sobre todo esto
nos demuestra el poder infinito de Dios, porque nadie podrá, en su sano juicio,
negar la existencia de un relojero, si tiene en su mano un reloj y decir que el
reloj se ha hecho sólo o por el azar.
Posiblemente a un genial y poderoso artista se le
podría haber ocurrido crear un Dinosaurio y al mismo tiempo, una pulga: pero
jamás encarnarse el mismo en una hormiga.
Pues el CREER en Dios, no está sólo en
la FE, ni siquiera en las maravillas de la
creación que conocemos y otras muchas que desconocemos, sino el haber
querido EL MISMO hacerse HOMBRE, empezando por ser un niño pobre, indefenso,
perseguido, oculto durante treinta años, resucitar muertos, someterse a una
muerte en cruz, resucitar y quedarse entre nosotros en la EUCARISTÍA y seguir
sufriendo los desprecios y olvidos por nuestra parte.
Esto sólo lo puede HACER DIOS y lo hizo
para que nosotros pudiéramos dejar de ser HOMBRES para ser como DIOSES y disfrutar de OTRA VIDA eternamente feliz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario