Aunque el sólo preguntar, parezca una una irreverencia, es la VERDAD más gratificante y MISTERIOSA y comprensible porque lo dijo no un lunático, sino un HOMBRE, Jesucristo que era DIOS y que VIVIÓ, MURIÓ, RESUCITÓ y SIGUE con nosotros..
“Yo soy el PAN vivo bajado del cielo:
si alguno come de este pan, vivirá para siempre, y el pan que yo le daré es mi
CARNE, vida del mundo.
Disputaban entre sí los judíos,
diciendo: ¿Cómo puede éste darnos a comer su carne? Jesús les dijo:
En verdad, en verdad os digo que si no
coméis la CARNE
del Hijo del hombre y no bebéis su SANGRE, no tendréis vida en vosotros.
El que COME mi CARNE y BEBE mi SANGRE
tiene la vida eterna y yo lo resucitaré el último día. Porque mi CARNE es
verdadera comida y mi SANGRE es
verdadera vida.
El que COME mi CARNE y BEBE mi SANGRE, está
MÍ y YO en él.
Luego de haberlo oído, muchos de sus
discípulos dijeron:
¡Duras son estas palabras! ¿Quién puede
oírlas?
Conociendo Jesús que murmuraban de
estos sus discípulos, les dijo:
¿Esto os escandaliza? Pues, qué sería
si vierais al Hijo del hombre subir allí a donde estaba?
Con más contundencia no pudo decir
Jesucristo que cuando Comulguemos ESTARÁ con nosotros como DIOS que es.
Pero ¿CÓMO y CUÁNDO?
La energía eléctrica está ENCERRADA en los cables día
y noche y sólo cuando unimos los dos
polos se nos hace la LUZ
Jesucristo, como Dios, es una energía
oculta en la Eucaristía
que sólo se nos manifiesta espiritualmente cuando unimos el polo INVISIBLE de
nuestra FE al de la presencia real e INVISIBLE de JESUCRISTO que permanecerá
OCULTO e INVISIBLE, aunque no conectemos nuestro polo.
Cuando LO recibamos en la Comunión si no aplicamos
conscientes el polo de nuestra FE profunda, no se producirá la LUZ que ilumina, da calor y
saldremos de la Iglesia
a obscuras y fríos
Cuando
PENSEMOS durante el día que luego RECIBIREMOS al mismísimo Dios y si de
vez en cuando caemos en la cuenta de lo que hemos recibido, nuestra vida será
otra cosa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario