¿Puede existir alguien que pueda ser más Liberal y Pródigo, que eso es ser MANIRROTO, según la RAE, si no fuera como los es Dios que nos ha creado este maravilloso mundo, como lo dijo el Salmista:
"Mi auxilio me viene del Señor que hizo el Cielo y la Tierra?
"Mi auxilio me viene del Señor que hizo el Cielo y la Tierra?
Existen
mucha clases de ayudas y auxilios entre nosotros, sobre todo las físicas o corporales que
siempre aceptamos; pero las espirituales, como pueden ser unos buenos consejos
o algunas orientaciones transcendentales, a veces, lo más que hacemos es
escucharlas.
Las
ayudas de Dios, sobre todo en lo corporal, vienen de su Divina Providencia, que
organiza los acontecimientos, a veces, no inmediatos; pero a la larga se
cumplen nuestros deseos hasta con creces; pero al modo de Dios, no al nuestro.
La ayuda
más importante que Dios nos puede ofrecer y que nosotros ni siquiera se la
hemos pedido, es cuando, de pronto, se nos enciende una luz que nos ilumina
todo el espíritu y se nos pueden abrir unos panoramas jamás sospechados.
Véanse
las conversiones a una nueva vida, las vocaciones al sacerdocio, a la vida
religiosa, al voluntariado en ayuda a los demás.
Lo
triste es que esa luz se la enciende Dios a muchas personas que cierran los
ojos para no verla porque no están dispuestos a los sacrificios.
Jesucristo
durante su vida pública hizo muchos milagros a la vista del pueblo y no
obstante, muchos no supieron o quisieron ver para no tener más remedio que
adecuar su vida a lo que aconsejaba Jesús. No hay peor ciego que el que no
quiere ver.
Acudamos siempre a Dios; pero aceptemos
la ayuda que nos ofrezca sin condiciones por nuestra parte. La suya siempre
será la mejor.
Jamás confiemos y amemos a Dios con condición de que nos ayude en lo que le estamos pidiendo.
Dios es demasiado MANIRROTO para que le pongamos CONDICIONES.
Jamás confiemos y amemos a Dios con condición de que nos ayude en lo que le estamos pidiendo.
Dios es demasiado MANIRROTO para que le pongamos CONDICIONES.
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