El Dios PADRE, creador de este universo, casi infinito nos CREÓ para algo tan sublime como el que pudiéramos ser PROCREADORES de nuevas vidas
Dios a través de Moisés nos dio los Diez Mandamientos ESCRITOS en unas tablas de piedra que Moisés cuando bajó del monte Horeb y vio a su pueblo adorando un becerro de oro, las rompió, que es lo que seguimos haciendo con los Diez Mandamientos.
El DIOS HIJO se hizo hombre sin dejar de ser Dios para que de PALABRA y con HECHOS como fueron su vida, muerte y resurrección aprendiéramos a vivir como Dios manda.
Con toda la autoridad que le daba el ser un Dios hecho hombre dijo:
Yo soy el Camino la Verdad y la Vida
Sin MÍ nada podéis HACER.
VENID a mi todos los que andéis cargados con trabajos y cargas y YO OS ALIVIARÉ.
También dijo que serían Bienaventurados, o sea FELICES ahora y sobre todo ETERNAMENTE.
Los POBRES los MANSOS, los que LLORAN, los que tiene HAMBRE y sed de justicia, los MISERICORDIOSOS, los LIMPIOS de Corazón, los PACÍFICOS y los que sean insultados y PERSEGUIDOS con mentiras por causa de Jesús.
Como Jesucristo sabía que aun creyendo lo que nos había predicado, se convertiría en papel mojado si no lo vivíamos. Dijo:
“Os he dicho todas estas cosas mientras permanezco entre vosotros; pero el ABOGADO, el Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi nombre, ÉSE os lo enseñará todo y os traerá a la memoria todo lo que yo os he dicho”
Por eso EL DIOS ESPÍRITU SANTO el día de Pentecostés, se produjo de repente un ruido proveniente del cielo como el de un viento que sopló impetuosamente, que invadió toda la casa,
Aparecieron como divididas, lenguas de fuego, que se posaron sobre cada uno de ellos, quedando todos llenos del Espíritu Santo; y empezaron a hablar en lenguas extrañas, según que el Espíritu les otorgaba expresarse.
Al correr la voz del tal acontecimiento acudieron prosélitos de más de veinte nacionalidades que se decían. ¿No son galileos todos estos que nos hablan?, pues ¿Cómo nosotros los oímos cada uno en nuestra propia lengua?
El Espíritu Santo, tan Dios como el Padre y el Hijo y tan ignorado por nosotros es el que de un modo invisible se meterá dentro de cada uno de nosotros sin distinción de raza o lengua y con viento nos barrerá por dentro para dejarnos vacíos y así poder entrar como “Dulce Huésped del Alma” e iluminarnos con una legua de FUEGO para que comprendamos y sobre todo VIVAMOS en toda su profundidad cuanto Dios Padre y Dios Hijo nos han escrito y ejemplarizado.
El DIOS PADRE está en los Cielos, actuando como la Divina Providencia , dándonos el pan cotidiano, otros muchísimos y variados alimentos, cumpliendo SU voluntad como se lo pedimos en el Padrenuestro.
También le podríamos decir como San Agustín:
“A TI sigo y busco, a TI sólo estoy dispuesto a SERVIR,.. A TI se elevan mis suspiros y vuelvo a pedirte las alas para SUBIR hasta TÍ
Al DIOS HIJO lo tenemos en la Eucaristía porque dijo: El que come mi CARNE y bebe mi SANGRE mora en MÍ y YO en él.
Al DIOS ESPÍRITU SANTO, poco conocido y casi ignorado, es nuestro continuo huésped del alma para con la FE que nos alumbra y calienta con su lengua de fuego, lo podamos, no ver; pero sí SENTIR al Dios UNO en esencia y TRINO en persona.
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