Jesucristo antes de proclamar tal aseveración, anunció el fin del mundo cuyo día y hora nadie lo sabía, ni los ángeles del cielo, ni el Hijo, sólo el Padre, porque todo lo creado volvería a la nada de donde salieron.
Si
tan categóricamente afirmó que sus Palabras no pasarían, lo dijo para que
supiéramos que ÉL es el Verbum Dei, o
sea el DIOS personificado en PALABRA
hecha carne.
Leamos sintetizado todo lo que cuenta San Juan en su
capítulo sexto:
“Después de la multiplicación de los panes y los peces,
muchos LE buscaron a los que les dijo que si lo buscaban era porque se
habían saciado de pan, pero lo importante era procurarse del ALIMENTO
que da la
VIDA ETERNA
La obra de Dios es que CREÁIS en aquel que ÉL ha enviado.
¿Qué haces TÚ para que TE CREAMOS, porque nuestros padres
comieron el maná del cielo? LE preguntaron.
Yo soy el PAN de VIDA
y el que viene a mí, ya no tendrá más hambre y el que cree en mí, jamás tendrá
sed, porque el pan que yo le daré es MI CARNE.
Disputaban entre si los judíos, diciendo.¿Cómo puede éste
darnos a comer su carne y Jesús les dijo:
Si no coméis la carne
del Hijo del hombre y no bebéis su sangre no tendréis vida en vosotros.
El
que COME MI CARNE y BEBE mi SANGRE tiene la
VIDA ETERNA
Duras son estas palabras. ¿Quién puede oírlas? Y muchos se
marcharon y Jesús les dijo a los doce: ¿También vosotros os queréis ir?
Simón Pedro: respondió: Señor, ¿a quién iríamos? TÚ tienes
PALABRAS de VIDA ETERNA y nosotros hemos CREÍDO y sabemos que tú eres el SANTO
de DIOS.
Si
en todo este relato evangélico y en
otros tantos, hay PALABRAS DURAS e INCREÍBLES se las hubieran inventado sus discípulos ¿Qué
ganaron?
Que
Jesucristo fuera crucificado y ellos dieran su vida por cumplirlas y
transmitirlas.
Y
que para unos, serían palabras que les darían LA VIDA
ETERNA
Y para
otros serían CONDENATORIAS.
Se crean
o no se crean, son PALABRAS que DAN VIDA ETERNA y no tanta palabrería interesada, demagógica y mortífera
como tenemos que escuchar.
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