viernes, 7 de febrero de 2020

¿POR QUÉ EL SEXO ES LA MADRE DEL CORDERO?


            Por no decir "La Madre que lo..." porque lo mismo nos pone a la altura de Dios al poder procrear nuevas vidas, que nos hunde en el vicio, en el adulterio en la prostitución, en enfermedades etc.etc.
  
          Dios nos ha dotado del instinto de la conservación, del apetito para comer, de la necesidad de descansar, del hacer algo para matar el aburrimiento y sobre todo del sexo

            Que algunos luchan día y noche para que ese instinto no nos traiga y nos lleve trotando como un caballo salvaje y desbocado sin mirar las consecuencias.

            Pero otros, no sólo  prefieren que ese caballo viva a sus anchas y todos lo aceptemos como lo más normal, sino que atacan a los que trabajan honradamente y con sacrificio para embridarlos.

            Voy a transcribir parte de una carta publicada en la Razón, que Monseñor José Egea, desde el Perú dirige al Presidente del Gobierno.

            YO FUI MASÓN. Este es el título de un libro publicado en (Libros Libres) de Maurice Caillet, antiguo masón, en el que dice lo siguiente:
  
          “Los masones reivindican desde hace mucho tiempo. Y lo han obtenido en  buena medida en Francia, la libertad sexual total entre adultos.

            Esta valoración del placer, este hedonismo, ha llevado a la masonería a preparar y a promover en Francia todas las leyes que favorecen el libertinaje sexual, el divorcio, la contraconcepción química  y mecánica, el aborto, la unión civil entre personas heterosexuales u homosexuales, la penalización de las drogas blandas, así como la legalización de la eutanasia activa.

            Es todo el concepto de familia lo que está derrumbándose”

            Según Egea: “La legislación española desde hace años parece que se está calcando de este proyecto masónico”

           Yo añadiría: Si defendemos los Derechos Humanos, habría que defender los de todos y mucho más la de los Indefensos que se dejan en manos de unas adolescentes caprichosas.

            Parece ser que debe prevalecer el CAPRICHO a lo RAZONABLE y JUSTO.

            Si este progreso es constructivo y no destructivo, si fomenta el esfuerzo y el sacrificio y  no el vicio y la holgazanería, que nos lo demuestren con razonamiento y no con imposiciones por la ley del más fuerte.

            Nadie quiere, sigue Egea, que una mujer que aborte vaya a la cárcel. Lo que queremos es que la ayude para que  no tenga traumas como los tiene casi todas las que abortan y que les dura mientras viven.

            Y que el Estado, como ya lo está haciendo la Iglesia en algunas de sus instituciones, acoja a esas mujeres.

            “Hay que luchar por la vida señor Presidente” concluye Egea.

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