Porque como todos somos imagen de Dios, late en el fondo un deseo de ser "Un palo de tal astilla" para que al menos nos aprecien o que nos reconozcan lo que nosotros consideramos como nuestra mayor virtud.
Puede que nos vayamos al otro mundo como un don nadie porque no hemos sido rico, guapo, inteligente y famoso.
Triunfo que se quedaría en la tumba.
El triunfo que está a nuestro alcance y que nos lo podemos llevar para gozarlo por toda la eternidad es el INTERIOR.
San Bernardo enseñaba: “La Persona que tiene vida interior. “Triunfa hacia dentro”. Porque:
1º Vive su vida con más sencillez, con mayor esplendor
2º No se viene abajo ni se hunde por momentos difíciles que pase
3º Si cae, sabe levantarse fácilmente y sigue adelante.
4º Va por los caminos de la vida con más seguridad.
5º Goza de más paz y contento interior.
Triunfar hacia dentro es el auténtico triunfo, porque “¡Cuán miserable sería el alma, que invitada a encontrar su alegría en el Creador, fuese a buscarla en las criaturas!”, escribió Carlos de Foucauld.
Recordemos las promesas de Jesucristo:
“El que tenga sed (en nuestro caso sería de triunfo) que venga a mí y beba”
“El que cree en mí, según dice la Escritura , ríos de agua viva manarán de sus entrañas”
El día que vivamos de auténtica FE, habremos triunfado aquí y después.
VIVIREMOS COMO DIOS
VIVIREMOS COMO DIOS
No hay comentarios:
Publicar un comentario