Porque gracias, a la EVOLUCIÓN inteligente mirando siempre al bien espiritual de todos, creyentes o no creyentes y no a una REVOLUCIÓN que sólo trae PAN para hoy y HAMBRE para mañana, la Iglesia de hoy tiene.
Los
PODERES que siempre ha deseado tener la Iglesia y ahora lo está
ejerciendo son:
Libertad plena para decir y vivir como católico o
dejar de serlo, siendo todos iguales ante Dios.
No exige ninguna cuota de afiliación.
Todos sus servicios espirituales y materiales los da gratis.
Ninguna de sus leyes y consejos son punitivos ni
recaudatorios.
Los fieles que se reúnen en sus iglesias como en un parlamento,
ni cobran ni pagan por asistir.
La Iglesia a través de Caritas y otras muchas
organizaciones asistenciales y humanitarias da gratis a miles de personas necesitadas,
sin buscar votos ni adeptos.
Sus
enseñanzas no adoctrinan a explotadores, ni terroristas, ni a corruptos, ni
sinvergüenzas, ni alcohólicos, drogadictos etc, sino todo lo contrario los
acoge e intenta llevarlos por el buen camino.
Como única imagen propagandística y educadora en las escuelas no es la de alguien que ofrezca el oro y el moro para alcanzar el poder sino la de un DIOS CRUCIFICADO.
Es
la más débil e indefensa porque no tiene policía, ni abogados defensores y a
sus miembros no se le permite usar la violencia en “defensa propia”.
Siempre está expuesta a que cualquier líder que llegue
al poder, y prometa, como banderín de enganche, dar a los más
necesitados y cuando pueda quitar a la Iglesia lo que llaman privilegios.
En ese caso, Dios no lo quiera, se daría la triste paradoja
de que al ofrecer algo tan lejano e INCIERTO, porque del dicho
al hecho hay mucho trecho, dejaría sin ASISTENCIA a los muchos
NECESITADOS, que a lo mejor han sido los que más le han votado, porque la
Iglesia ya no los podría mantener.
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