Porque también nosotros somos UNA
Persona en esencia y las TRES siguientes VIVENCIAS.
La Pubertad o Niñez
La Madurez o formación.
La Vejez o Jubilación
En La Pubertad o niñez, donde no tenemos ningún PODER, es en la que más nos parecemos al DIOS PADRE que teniendo el máximo PODER, resulta que somos los más queridos, sin pedirlo y Dios nos pide que le amemos y todos sabemos cómo respondemos.
Aquí se cumple: “Los extremos se
tocan”
En la Madurez, etapa crucial, puede que vivamos como Demonios o como Jesucristo hijo del Dios Padre,
El cómo deberíamos vivir esta endiablada
etapa, bien claro nos dijo Jesucristo:
Sin mí no podéis hacer nada.
Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida.
El que me sigue no anda en tinieblas
Aprended de mí que soy manso y humilde de corazón
El que me ame guardará mis palabras, mi padre le amará y vendremos a ÉL y haremos morada en él y después la Vida ETERNA.
Si entramos en la VEJEZ o nos JUBILAN, habiendo vivido con el Santo Temor de Dios que es el principio de la Sabiduría, y con los bolsillos llenos de buenas obras y muchas
no reconocidas y olvidadas, habrá que saber que
Dios, en este caso será el Espíritu Santo, que por ser la Tercera Persona de la Santísima Trinidad, suele ser tratado como lo somos nosotros por estar fuera de juego.
Los que sin pruebas, digan que Dios no existe, tendrán que admitir que ellos no existen.
Los que sin pruebas, digan que Dios no existe, tendrán que admitir que ellos no existen.
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