Dios nos creó tan a
imagen y semejanza suya, que engañados por Satanás, como siempre, nos creímos
llegar a ser como ÉL y por eso nos tuvo que arrojar de su presencia porque Dios sólo
puede haber UNO.
Nada más salir del Paraíso, Caín mató a su hermano Abel por envidia ya que el amor que Abel le ofrecía a Dios LE era más grato que el suyo.
En ese momento surgió un PODER muy VISIBLE como es el poder
del más fuerte, del envidioso, prepotente, demagogo, libertino, corrupto,
holgazán, manipulador, egoísta, mentiroso, calumniador que al no esperar otra
vida mejor, quieren vivir, no sólo en
libertad, sino en libertinaje.
Todos estos, por desgracia, actúan como si fueran mayoría
por el ruido que hacen, en sus manifestaciones públicas, en los gritos y
revueltas creyéndose los dueños del mundo y como viven sin Dios y sin Ley sólo
aspiran a conseguir el PODER TERRENAL
Existe otro PODER INVISIBLE que es el de todos aquellos que
amando a Dios y obedeciendo sus leyes como Abel, tienen que soportar
pacíficamente todos los ataques, odios, persecuciones e injusticias de los que
tiene el poder VISIBLE.
Este poder TERRENAL ha dominado en muchas
épocas de nuestra historia y ahora estamos en peligro de caer en manos de
ellos.
Pero sepamos cuál será el final de los que
han vivido sin DIOS y sin LEY
El capítulo 5º del Libro de la Sabiduría dice:
“Entonces estará el JUSTO en gran seguridad
frente a los que le afligían y menospreciaban sus obras.
Al verlo se turbarán con terrible espanto,
y quedarán fuera de sí ante lo inesperado de aquella salud.
Arrepentidos se dirán, gimiendo en la
angustia de su espíritu: “Este es el que algún tiempo tomamos a risa y fue
objeto de escarnio”
Nosotros, insensatos, tuvimos su vida por
locura y su fin por deshonra.
Luego nos extraviamos de la senda de la
verdad (Ergo erravimus a via veritatis), y la luz de la justicia no nos alumbró
y el sol no salió para nosotros.
Nos cansamos de andar por sendas de iniquidad y de perdición, y caminamos por
desiertos intransitables, sin conocer el camino del Señor.
¿Qué nos aprovechó la altanería, qué
ventajas nos trajeron la riqueza y la jactancia
Pasó como una sombra que atraviesa las
agitadas aguas, de cuyo paso no es posible hallar huella, ni del camino de su
quilla por las olas.
Así también nosotros, en naciendo morimos,
sin dar muestra alguna de nuestra virtud, nos extinguimos en nuestra maldad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario