¿Quién
no ha lanzado este grito, en momentos de angustia, en los que parece que Dios
ni ve ni nos oye?
¿Quién
no se ha sentido, alguna vez, como si estuviera ante un muro, cuando le ha
pedido algo a Dios con FE e insistencia?
Si tiene
memoria, observará que con el tiempo, aquello quedó resuelto de un modo como
jamás hubiera podido pensar. ¡¡Cosas de Dios!!
Nunca deberíamos pedir como aquel que dijo: “Señor,
dame paciencia; pero que sea ya” ni tampoco se dé en nosotros aquello de “el
que espera se desespera.
Cuando se confía en Dios, hay que echarse a dormir, el
que sea capaz.; pero hay que seguir
confiando contra viento y marea. Dios siempre CUMPLE
Para que nos sirva de ejemplo y nos anime, recordemos
lo que cuenta la Sagrada Escritura ,
cuando los hijos de Jacob vendieron, por envidia a José su hermano pequeño a
unos mercaderes.
¿Pensaría José que llegaría el día que al ser tan
poderoso en Egipto, sus propios hermanos tendrían que acudir a él para pedirle
grano, por el hambre que había en su tierra?
¿Temería Jacob y sus hijos que al trasladarse a Egipto,
al amparo de José, que acabarían esclavos de Egipto?
¿Fue la venganza por lo que hicieron con su hermano.? Lo injusto también tiene su
paga, tarde o temprano. Esperemos que todas las atrocidades que se están
cometiendo, tengan su merecido. Por Dios que sea pronto.
¿Cuándo la madre de Moisés tuvo que abandonarlo en el
río Nilo en un cesto para evitar su muerte, sospechó siquiera que pudiera ser
el libertador de su pueblo Israel?
Todo esto en los acontecimientos grandes; pero si cada
lector contara algo de su vida, comprobaría que eso sucede continuamente.
Por lo tanto a seguir CONFIANDO en Dios y vivir todo
lo tranquilo que se pueda, sabiéndose en MANOS DE DIOS..
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