Todos tenemos miedo a la muerte, los jóvenes por ver frustradas
sus ilusiones juveniles.
Los mayores por miedo a lo desconocido y si están aquejados de achaques, posiblemente, lo que más desean, será descansar; pero si lo que esperan no es precisamente descansar en paz…¿?. Esto sería morir en vida.
Los mayores por miedo a lo desconocido y si están aquejados de achaques, posiblemente, lo que más desean, será descansar; pero si lo que esperan no es precisamente descansar en paz…¿?. Esto sería morir en vida.
Lo más triste y real de esta vida es que estamos muriendo poco a
poco sin darnos cuenta de que sufrimos ya un infierno externo e interno.
¿¡Cuántos viven endemoniados porque sufren enfermedades,
tragedias, injusticias, adversidades!?
Al no aceptar todo esto con resignación, se rebelan, se maldicen
así mismo. Nunca piensan que si sufren con FE este infierno, no sólo se podrán
librar del otro, sino que conseguirán méritos para alcanzar otra vida FELIZ y
ETERNA.
Algunos con tal de vivir bien y situar a su familia, cometen toda
clase de injusticias y, al cabo del tiempo, se encuentran enfermos y
abandonados por esa familia, que ellos han situado a costa de los demás.
Esos tales ya empiezan a sufrir un infierno aquí en la tierra, y
después…¿?
A veces las guerras, los enfrentamientos sociales y familiares nos
meten en unos infiernos que nos hacen ir muriendo en vida.
¿Qué hacer para seguir viviendo?
Si nos armamos de paciencia, resignación y no nos empeñamos en
tener siempre la razón, el derecho y sobre todo si tenemos FE y CONFIANZA en
Dios ante las adversidades, podremos gozar de momentos de paz y GLORIA
anticipada.
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