Este grito desgarrado de Jesús en la cruz, es el TESTIMONIO
histórico y notarial más verídico y misterioso de todos los tiempos.
Porque está demostrando que lo
que los Evangelistas contaron de la Muerte y Crucifixión de Cristo fue tan real
que no dudaron en dejarlo escrito en la misma lengua aramea que usó Jesús:
¿”Eloi, Eloi, lamma sabacthani”? “Dios mío, Dios mío, ¿Por qué me has abandonado?
Los discípulos de Jesucristo
debieron quedar traumatizados y desconcertados al oír el GRITO de Jesucristo,
por el hecho de que lo lanzara ÉL que se había declarado públicamente que ERA
DIOS.
Es lo que la sociedad de todos
los tiempos está gritando desde que fue arrojada del Paraíso, porque quiso ser
como Dios, deseo que sigue vigente por nuestra parte y Dios lo tiene aceptado y
quiere concedérnoslo, a su modo, y para ello estamos condenados a seguir
gritando pidiéndole humilde y resignadamente su ayuda.
En el grito de Jesucristo, como
hombre, estamos todos representados.
¿Quién no ha lanzado ese grito más de una vez en su vida?
Y ¿Quién no ha sentido, que tarde o temprano, Dios le ha ayudado y en respuesta a ese grito resignado le ha surgido una FE y nueva ESPERANZA de alcanzar ese prometido PARAÍSO?
¿Quién no ha lanzado ese grito más de una vez en su vida?
Y ¿Quién no ha sentido, que tarde o temprano, Dios le ha ayudado y en respuesta a ese grito resignado le ha surgido una FE y nueva ESPERANZA de alcanzar ese prometido PARAÍSO?
El día que la humanidad entera
deje de gritarle a Dios implorando su AYUDA y sólo se preocupe de lo de aquí
abajo, sin levantar siquiera los ojos hacia arriba, será porque ya está
FINIQUITADA.
De momento, gracias a Dios
existen muchos que con FE y ESPERANZA siguen gritando con humildad.
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