jueves, 4 de julio de 2019

¿POR QUÉ EN DIOS EXISTIRÁ EL NO HAY DOS SIN TRES?


         Porque a Yavé no le salieron las cosas como Él quería:

       Tuvo que arrojar del Paraíso a nuestros primeros padres.

       Después los tuvo que castigar con el Diluvio, la Torre de Babel, la destrucción de Sodoma,,  permitiendo la esclavitud de su pueblo en Egipto.

       Cansado de castigarlos, les envió profetas para que con su predicación, se convirtieran por las buenas; pero ni fueron escuchados y encima los mataron.

       Esperando que respetaran y escucharan a su Hijo, nos LO envió y llevamos dos mil años conociendo cómo fue su vida, lo que predicó y cómo fundó su Iglesia para que como en la barca de Pedro pudiéramos navegar por este mar proceloso y así arribar a la vida eterna; pero…¿Cuántos lo consiguen?

       Cabe la esperanza de que a la tercera vaya la vencida, o sea que con la venida del Espíritu Santo, que hasta ahora se ha manifestado como una lengua de fuego, y sólo ha actuado en todos aquellos que le han abierto sus puertas, ahora podría entrar como un huracán en nuestro interior de tal forma que nos transformara convirtiéndonos a la fuerza y obligándonos a ser BUENOS, como fueron obligados a entrar en el banquete los invitados de aquel amo de la parábola evangélica (Lc.14) y los demonios serían expulsados de este mundo y obligados a entrar en la piara de cerdos, como también nos cuenta el Evangelio (Lc.8).

      ¿No serían proféticos estos hechos que nos cuenta el Evangelio?

       Se acabarían los castigos paternales de Dios Padre.

       Los buenos ejemplos y consejos del Dios Hijo.

       Y reinaría la del Dios Espíritu Santo.

       Pero hasta tanto llegue esa futurible huracanada del Espíritu Santo.

       Tengamos las puertas abiertas para que nos ilumine y nos haga verdaderos seguidores de Jesucristo que sigue con nosotros como prometió:

      YO ESTARÉ CON VOSOTROS TODOS LOS DÍAS HASTA LA CONSUMACIÓN DE LOS SIGLOS.


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