lunes, 2 de septiembre de 2019

ADÁN, Y EVA NO SE FIARON DE DIOS Y MUCHOS TAMPOCO SE FÍAN


            Nuestros primero padres no se fiaron de Dios, creyendo que los estaba engañando.

            “No te fíes ni de tu padre” es lo que a veces se dice; pero

           ¿Por qué ningún desconfía de su Padre?

            Porque un buen padre nunca engaña a su hijo.

          ”¿Qué padre entre vosotros, si el hijo le pide un pan, le dará una piedra? ¿O si le pide un pez, le dará una serpiente? ¿O si le pide un huevo le dará un escorpión? 

           Si vosotros, pues, siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¿Cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo piden?” (Lc..11)

           A veces nos fiamos del primero que llega y nos creemos las promesas electorales de aquellos que nos han engañado y sin embargo ni sabemos, creemos ni esperamos que se cumplan en nosotros las siguientes palabras de Jesucristo y para ello no nos exige grandes sacrificios, solamente FE:

"Sin mí nada podéis hacer.
Venid a mi todos los que estáis fatigados y cargados que yo os aliviaré.
El que me sigue, no anda en tinieblas.
Yo soy el camino la verdad y la vida.
Yo soy la resurrección y la vida.
El que me ve a mí ve al Padre.
Yo vencí al mundo.
Yo soy la luz del mundo.
Yo he venido para que tengáis vida.
El que tenga sed que venga a mi y beba.
Aprended de mi que soy manso y humilde de corazón.
Si alguno me ama, guardará mis palabras, mi Padre le amará y vendremos a él y haremos morada en él.
El que come mi carne y bebe mi sangre, mora en mí y yo en él."

         ¿Existe alguien en este mundo que pueda prometer y cumplir, lo que Jesucristo que como  DIOS y hombre verdadero promete y cumple?

         También Jesucristo nos recomendó que fuéramos astutos como las serpientes y cándidos como las palomas.

        Por lo tanto habrá que ser ASTUTOS para con aquellos que nos intenten engañar o manipular.

        Y CÁNDIDOS  para los que sean buenas personas y lo demuestren.


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