Antes habría que preguntarse ¿Quién
es más feliz, el Rico o el Pobre?
Así
“brote pronto”, diríamos, El Rico.
Pero si lo pensamos un poco nos
preguntaríamos:
¿Por qué Dios llama a los pobres Bienaventurados
o sea felices y a los ricos les dice: Ay de vosotros los ricos que estáis
Hartos?
Porque precisamente en la Hartura de
las cosas está el quid.
Un niño rico tiene tantos manjares a
la vista y algunos son de las sobras de otras comilonas, se hace caprichoso, es
regañado y no disfruta.
El pobre tendrá que comer poco, pero
como será del día y más apetitoso,
disfruta como un enano.
El pobre y honrado jornalero, como
no tiene otra tarea que trabajar y comer, descansa y duerme a pierna suelta
El Empresario o rico, como estará
acuciado con problemas sin saber en que
emplear el dinero, o miedo a perderlo o se lo roben, no pega un ojo.
El que Dios diga públicamente que ama más al pobre, es para que el pobre sepa y CREA que como su auxilio le viene del Señor que hizo el Cielo y la Tierra, vivirá tranquilo, sin dejar de trabajar y bregar porque la ociosidad y la abundancia es la madre de todos los vicios.
Entonces el rico comprobará que si
quiere ser feliz tendrá que saber y CREER que como todas las riquezas le han
venido de DIOS y que las debe de incrementar, que es su trabajo, pero no para enriquecerse a lo loco sino para REPARTIR disfrutará más porque es mejor DAR que recibir de lo mucho que ha recibido.
Entonces podríamos ASEGURAR que:
Monta tanto, Tanto Monta
El Capital como el Trabajo
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