Dime con quién ANDAS y te diré quién ERES.
Muchas veces, ANDAMOS mirando siempre hacia atrás o hacia delante y no caminamos por encontrar desatinos y disparates
Si ANDAMOS deprimidos, nos sentiremos como el agua, siempre en torbellino.
Y si a tumba abierta nos lanzamos por las libertades, nos enfangaremos en libertinajes.
La noche será nuestra morada; y si sólo nos alimentamos de lo que se PALPA, se nos quemará el alma.
Quien el camino del virtuoso emprenda, sentirá arideces de muerte; pero si desclava los ojos de esta vida y los arroja en lejanía, hacia ARRIBA descubrirá que; “Quien con Dios ANDA, BIEN ACABA.”
Ese ANDAR con Dios obliga a VIVIR de FE, porque si no, los pies sangrarán de pisar, tantos las duras rocas, que por ser tan reales, se clavarán como puñales.
Tendrá que vivir de sueños y esperanzas, aunque sólo sea para sacar su mirada de la oscuridad que le ciega la luz de tantas perogrulladas.
Que no se queje de que la vida sea tan compleja y misteriosa y ande deseando que sea una línea recta iluminada siempre por un espléndido sol, porque si esto sucediera, la vida moriría.
Paradójicamente, lo complejo y misterioso engendra vida, lo sencillo y diáfano, produce monotonía y aburrimiento.
Los deseos y apetencias deben caminar muy por delante de nuestras realidades.
Una vida que no espera ETERNIDAD, no es vida, es MUERTE ya.
No hay comentarios:
Publicar un comentario