martes, 26 de noviembre de 2019

¿POR QUÉ SIEMPRE ANDAMOS BUSCANDO ALGO?

        
           Si hacemos un recorrido por nuestra corta o larga vida, comprobaremos que en cuanto empezamos a tener uso de razón

Andamos buscando juguetes, caprichos, amiguitos, amar y ser amados.

       Más tarde, buscamos dinero, diversiones, un buen empleo, la media naranja, crear la familia, hijos y nietos

 Y en el atardecer de la vida, es la muerte la que nos  busca, con lo que para muchos sería el final de la búsqueda y para Dios perder toda la esperanza de ser encontrado.

Dios no debería ni puede dejarse ENCONTRAR por aquellos que jamás LO han buscado, odiado o negado.


Dios no se impone. Somos libres.

        Veamos cómo San Agustín, aunque tarde, encontró a Dios 

         Nos Hiciste, Señor para Tí, y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en Ti.

Tarde te amé.oh hermosura tan antigua y siempre nueva,tarde te amé! Tú estabas dentro de mí,y yo estaba fuera y allí te buscaba. Y deforme como era me lanzaba sobre el bien y la belleza creados por TÍ

      Tú estaba conmigo más yo no estaba contigo, me retenía lejos de TÍ, aquellas cosas que si en TI no fueran no serían.


          Me llamaste, me gritaste, y rompiste mi sordera. Mostraste tu resplandor y abriste mi ceguera. Exalastes tu perfume, y respiré, y suspiro por Ti. Gusté de Ti y siento hambre y sed.


          Me tocaste,y me abraso en tú paz.

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