¿Por qué cuando se dice “Vives como un cura” hay tantos jóvenes en el paro y no aspiran a ser ELEGIDOS por Dios para obtener el puesto de más categoría en la sociedad como sería ser SACERDOTE?
Porque la
juventud que es la más querida por Dios, pasa de ÉL al estar metido en un
torbellino de pasiones, sentimientos, ilusiones, proyectos, aventuras y, a
veces, sin un rayo de luz, sin brújula, zarandeado por toda clase de reclamos,
manipulaciones e ignoran que el SACERDOTE para los que tenga fe es la MÁXIMA
CATEGORÍA que se puede obtener en ESTE mundo y no digamos en el OTRO.
¿A quién no
le gustaría tener un buen amigo del Presidente del Gobierno para obtener
favores?
Pues el Sacerdote
que todos los días al Celebrar la Santa Misa, tiene en sus manos nada menos que
al mismísimo Dios.¿Cuántas recomendaciones puede conseguir? ¿Alguien puede dar
más?
¿Qué sería
de nuestra salud corporal si no hubiera médicos?
¿Quién podría
perdonar nuestros pecados y cuidar de la salud del espíritu, a veces, tan
atormentado?
El
Sacerdocio es de tal CATEGORÍA que aunque sólo Dios los ELIGE también
si alguien lo desea, puede ser ELEGIDO.
Al joven
rico del Evangelio que quiso seguir a Jesucristo, al saber que tenia que dejar
de ser rico, se marchó y Jesucristo lo miró con amor.
Lo que
sucede es que la mayoría de jóvenes aceptan todas las modas, idolatran a sus
cantantes, siguen todas las corrientes progresistas y revolucionarias. No
suelen hacer inversiones a largo plazo. Le es más fácil vivir el momento
presente.
Si no le dan
a la vida una proyección de ETERNIDAD, pronto se le quedará corta. Si no
caminan bajo la sombra de lo , INTRASCENDENTE morirán bajo los rayos abrasadores
de lo TEMPORAL.
El joven, a
veces, tiene a Dios recluido en libertad condicionada a que le dé cuanto LE
pida caprichósamente y aunque Dios nos parezca un pordiosero, en SUS manos
vivimos, nos amamos, nos odiamos, sufrimos, gozamos, soñamos y MORIMOS.
Pocas veces
levantamos los ojos para encontrarnos con los de Dios, que día y noche nos
mira y espera con tristeza que dejemos de clavarles los nuestros con
insolencia.
Que nuestras
lágrimas mojen sus manos resecas y curtidas de tanto bregar con nuestras
rebeldías.
El que se
sienta ELEGIDO por Dios, y acepte agradecido por tan gran favor, sepa que su
vida deberá ser
Darle a DIOS
su CORAZÓN
Las MANOS a
los DEMÁS
Y para él,
lo que DIOS y los demás le quieran DAR.
No hay comentarios:
Publicar un comentario