El que lea el siguiente capítulo 6º versículo 48 del Evangelio de San Juan y no sea creyente, podrá pensar que Jesucristo estaba loco; pero si lo lee hasta el final sin prejuicios, tendrá, al menos, dudas razonables o empezar a tener atisbo de fe,
Si Jesucristo nos dice con tal rotundidad que nos puede ALIMENTAR espiritualmente con su CARNE, cosa que demostró con sus milagros, Muerte y Resurrección porque era Dios y para Dios nada hay imposible.
El que sea creyente sentirá fortalecida su creencia de que Jesucristo, como es Dios, podrá alimentarle y sentirás más deseos de RECIBIRLE siempre que pueda.
"Yo soy el pan de vida, vuestros padres comieron el maná en el desierto y murieron.
Este es el pan que baja del cielo, para que el que lo coma, no muera.
Yo soy el pan vivo bajado del cielo; si alguno come de este pan, vivirá para siempre, y el pan que yo le daré es mi carne, vida del mundo.
Disputaban entre sí los judíos, diciendo: ¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?
Jesús les dijo: En verdad, en verdad os digo que si no coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis su sangre, no tendréis vida en vosotros.
El que come mi carne y bebe mi sangre tiene la vida eterna y yo lo resucitaré el último día. Porque mi carne es verdadera comida y mi sangre verdadera vida.
El que come mi carne y bebe mi sangre está en mí y yo en él.
Así como me envió el Padre viviente y yo vivo por el Padre, así también el que me come vivirá por mí.
Esto lo dijo enseñando en una sinagoga.
Luego de haberlo oído, muchos de sus discípulos dijeron:
¡Duras son estas palabras! ¿Quién puede oírlas?
Conociendo Jesús que murmuraban de estos sus discípulos, les dijo:
¿Esto os escandaliza?, pues ¿Qué sería si vierais al Hijo del hombre subir allí a donde estaba antes?
El espíritu es el que da vida, la carne no aprovecha nada
Desde entonces muchos de sus discípulos se retiraron y ya no le seguían y dijo Jesús a los doce: ¿Queréis iros vosotros también?
Respondió Simón Pedro: Señor, ¿A quién iremos? tú tienes palabras de vida eterna y nosotros hemos creído y sabemos que tú eres el Santo de Dios.
Respondióle Jesús:¿ No he elegido yo a los doce y uno de vosotros es un diablo?
Hablaba de Judas Iscariote, porque éste, uno de los doce, habría de entregarle.
Desde entonces muchos de sus discípulos se retiraron y ya no le seguían y dijo Jesús a los doce: ¿Queréis iros vosotros también?
Respondió Simón Pedro: Señor, ¿A quién iremos? tú tienes palabras de vida eterna y nosotros hemos creído y sabemos que tú eres el Santo de Dios.
Respondióle Jesús:¿ No he elegido yo a los doce y uno de vosotros es un diablo?
Hablaba de Judas Iscariote, porque éste, uno de los doce, habría de entregarle.
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