lunes, 1 de junio de 2020

AL CUERPO LE DAMOS CAPRICHOS Y AL ESPÍRITUS NI AGUA

             
              Todos sabemos que en el mundo mueren de hambre millones de seres humanos.

              Y también se suicidan los que están hartos de comer

              El cuerpo, aunque parezca mentira, aguanta lo que le echen.

             El espíritu, más refinado e importante, al no poder soportar los ataques continuos del cuerpo, al que sólo le han enseñado a comer y beber porque mañana moriremos, se siente tan postergado y tan débil que no puede luchar contra las depresiones, las angustias, los remordimientos etc, y obnubilada la razón, el cuerpo, muerto el espíritu, se arroja al vacío.

            Se hacen esfuerzos muy loables para erradicar del mundo el hambre del cuerpo.

         ¿Qué se hace para la del Espíritu?

          En esta sociedad atea y laicista en la que por principios ideológicos se niega la existencia del Espíritu, se fomenta de tal modo la buena vida, que el hombre tan proclive al desenfreno en todo lo que sea placer, se mete de bruces en el libertinaje, en el sexo descontrolado, en la droga y al sentirse encadenados y no sabiendo cómo romper las cadenas, creen que quitándose la vida, se verán libres, ignorando que lo que le espera es la CADENA PERPETUA.

         Los que vivan  CREYENDO contra viento y marea que tiene ESPÍRITU al que hay que darle su alimento, vivirá ETERNAMENTE FELIZ.

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