sábado, 30 de mayo de 2020

¿CÓMO COMUNICARSE CON EL ESPÍRITU SANTO?


           Con el Dios PADRE nos comunicamos con el Padre Nuestro.

          Con el Dios Hijo cuando  decimos ¡Jesús mío! Sagrado Corazón de Jesús en Vos confío.

         Pero con el Espíritu Santo ¿Cuándo? Y ¿Cómo?

         Hace muchos años se publicaba diariamente en ABC la siguiente oración que rezo todos los días:

         "Espíritu Santo, TÚ que me aclaras todo.
         TÚ que iluminas todos los caminos de la vida para que yo alcance mi ideal
       . TÚ que me das el don divino de perdonar y olvidar todos los males que me hacen y en todos los instantes de mi vida quieres estar conmigo.
         Yo quiero en este corto diálogo, agradecerte por todo y confirmar una vez más que nunca quiero separarme de TI, por mayor que sea la ilusión material.
         Deseo estar CONTIGO y todos mis seres queridos en la gracia perpetua.
         Gracias por TU MISERICORDIA para conmigo y los míos.

         Recuerdo que, a veces, al preguntarle a cualquier niño, que por dónde se entraba en la Iglesia, decía categóricamente y con cierta sonrisa. Pues “Por la puerta”, Entonces se le corregía: “No señorito, se entra por el Bautismo”.

         El Espíritu Santo se nos representa por TRES símbolos.

        Como el AGUA que siempre limpia y purifica, es con la que se nos Bautiza, quedando limpios y purificados del Pecado Original y nos hace miembros de la Iglesia.

        El FUEGO que se manifestó como lenguas en las cabezas de los Apóstoles el día de Pentecostés cuya fiesta, celebramos mañana,  significaba que habían recibido el Espíritu Santo.

       También se manifestó en forma de un VIENTO huracanado para demostrar su PODER y que todos percibieron.

       El que quiera sentir en su interior la presencia del Espíritu Santo como “Dulce huésped del alma”, deberá estar  atento a ese VIENTO invisible, pero como AGUA que todo lo mueve y lo limpia, se dejará  iluminar por el FUEGO que le dará fuerza para ser un católico de verdad.

       SECUENCIA
       Ven Espíritu Santo, y desde el Cielo envía rayos de tu virtud
       Ven Padre de los pobres.
       Ven Dador de tus Dones
       Ven de las almas luz.
       Consolador magnífico del alma dulce Huésped, suavísimo dulzor
       Descanso en la fatiga,  brisa en ardiente estío, consuelo en el dolor
       Oh lumbre dichosísima, inunda en resplandor, el corazón del fiel
       Sin tu divino anhélilto, nada hay puro en el hombre pobre de todo bien
      ,Lava el corazón sórdido, riega el que está marchito,  sana al que enfermo está.
       Doblega al duro y rígido, inflama al tibio, rige al que extraviado va.
       Da a tus creyentes súbditos, que sólo en TÍ confían el septiforme Don.
       Danos preciosos méritos, danos dichoso tránsito y TERNO GALARDÓN.

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