“Entrando Jesús en el templo, se le acercaron los príncipes de los sacerdotes y los ancianos del pueblo, que le preguntaron:
¿Con qué PODER haces tales cosas? ¿Quién te ha dado tal poder?
Respondió Jesús y les dijo: Voy a haceros también yo una pregunta, y si me contestáis, os diré con que PODER hago tales cosas.
El bautismo de Juan ¿De dónde procedía? ¿Del Cielo o de los hombres?
Ellos comenzaron a pensar entre sí: Si decimos que del cielo, nos dirá: ¿Pues por qué no habéis creído en él?. Si decimos que de los hombres, tememos a la muchedumbre, pues todos tienen a Juan por Profeta. Y respondieron a Jesús: NO SABEMOS.
Díjole Jesús a su vez. Pues tampoco os DIRÉ con que PODER hago estas cosas”.
Si le preguntáramos a Jesucristo, dado los tiempos que corren:
¿Cómo desde un PESEBRE y UNA CRUZ consigues seguidores tan LEALES?
Aunque antes de responder, nos podría preguntar:
¿Dónde están los Responsables que nos están metiendo en un callejón sin salida?
Nos dría: Yo consigo tales seguidores LEALES e incondicionales porque lo primero que les digo: “El que quiera ser discípulo mío que tome su CRUZ y me siga”
Y saben que aunque les ofrezco una CRUZ es para su felicidad no solo la ETERNA sino también la TERRENAL porque nos pongamos como nos pongamos todos tendremos que cargar con una CRUZ, unas veces, redentora porque en ella estoy clavado en la cruz o tendrán que soportar un MADERO insoportable y que sólo servirá para QUEMARSE.
Aunque Jesucristo se MOSTRARA ahora con todo su PODER, muchos seguirían INCRÉDULOS porque no hay peor ciego que el que no quiere ver o no le interesa.
Si se manifestara como Dios OMNIPOTENTE y al no tener más remedio que CREER, ya no seríamos LIBRES y Dios respeta nuestra libertad por encima de todo, porque el AMOR a Dios ni se IMPONE ni se COMPRA.
El amor a JESUCRISTO es tan SUBLIME que sólo se puede dar cuando nuestro CORAZÓN lata al unísono con el SUYO.
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