A Dios nadie lo ha visto porque Dios es algo tan INFINITO que no puede someterse a una IMAGEN por lo que Jesucristo que es Dios tuvo tomar nuestra naturaleza
Moisés OYÓ a Dios que desde la zarza que ardía y no se consumía le dijo: “YO SOY EL QUE SOY”.
Dios LLAMÓ a Abraham ordenándole le sacrificara en
holocausto a su hijo Issac.
La
Santísima Virgen María que ni OYÓ ni VIÓ a Dios, se SINTIÓ Plena de Gracia cuando el Ángel Gabriel le anunció su Divina Concepción.
Todas las órdenes que recibió San José fueron a través de
Ángeles SINTIENDO en ello la VOZ de Dios
San Pedro, San Juan y su hermano Santiago OYERON a Dios en
el Monte Tabor en presencia de Moisés y Elías que les dijo: ÉSTE ES MI HIJO
PREDILECTO.
San Pablo que nunca VIO a Dios, se enamoró de tal forma de
JESUCRISTO que cuando le OYÓ decirle: Yo soy Jesucristo a quien tu persigues,
le siguió de tal forma que llegó a decir “Mihi vivire Christus est” (Mi vivir
en Cristo).
Paul Claudel, gran poeta, dramaturgo y diplomático francés
se SINTIÓ llamado por Dios en la
Nochevieja como lo cuenta el mismo:
“Fui a Notre Dame de París para asistir a los oficios de
Navidad.
Yo no creía en nada;
pero me parecía que en las ceremonias católicas encontraría inspiración para
escribir algo…
Los niños del coro
vestidos de blanco estaban cantando lo que después supe que era el Magníficat.
Entonces fue cuando
se produjo el acontecimiento que ha dominado toda mi vida.
En un instante mi corazón fue TOCADO y creí. Creí con tal
fuerza de adhesión, con tal agitación de todo mi ser, con una convicción tan
fuerte, con tal certidumbre que no dejaba lugar a ninguna clase de duda…
¡Dios existe, está ahí! ¡Es alguien, es un ser tan personal
como yo!
¡Me ama! ¡Me llama!
La misma noche de ese memorial día de Navidad tomé una
Biblia y por primera vez escuché el acento de esa voz tan dulce y a la vez tan
inflexible de la Sagrada Escritura
que ya nunca ha dejado de resonar en mi corazón”.
García Morente. Filósofo, agnóstico, convertido a la fe
(Creo que gracias a las oraciones de su hija) y luego se ordenó de sacerdote,
dejó escrito:
“Volví la cara hacia el interior de la habitación y me quedé
petrificado. Allí estaba ÉL. Yo no lo veía, yo no lo oía, yo no lo tocaba; pero
ÉL estaba allí.”
En la habitación no había mas luz que la de una lámpara
eléctrica de esas diminutas, de una o dos bujías, en un rincón.
Yo no veía nada, no oía nada, no tocaba nada. No tenía la
menor sensación; pero ÉL estaba allí. Yo permanecía agarrotado por la emoción y
LE percibía, percibía SU presencia con la misma claridad con que percibo el
papel blanco en que estoy escribiendo con absoluta e indudable evidencia.”
Cuando yo tendría unos 16 años, creo que SENTÍ tres veces la presencia de Dios; aunque no influyó para nada el que yo deseara ser misionero y fuera admitido a los 18 años en la Compañía de Jesús que abandoné cuando faltaba un mes para ordenarme de sacerdote, por los motivos que relato en mi artículo publicado aquí el 7 de Marzo del 2012.”Yo no he visto a Dios; pero creo que lo he sentido.”
Nunca SENTÍ ni recordé aquellos misteriosos TOQUE de Dios
durante mis 14 años de jesuita, que ahora los recuerdo y los tengo tan
presentes, como si me hubieran sucedido ayer y me están obligando gratamente a
vivir más en la PRESENCIA
de Jesucristo y escribir, no TENIENDO más FE, sino el VIVIRLA y saberla
transmitir por Internet.
Yo ahora podría decir que he visto la MANO de DIOS:
El día 4 de Marzo de este año, durmiendo la siesta, empecé leyendo que el Papa Inocencio segundo, al ser descubierto que tenía relaciones con la mujer de Bernini, fue excomulgado, condenado y que murió arrepentido.
Cuando desperté todo perplejo, me fui al ordenador para verificar si lo que me había sucedido era verdad o habría sido una imaginación mía, de algo que yo jamás había sabido y efectivamente sucedió en el año mil quinientos y pico, como lo leí.
Entonces me dio por pensar que Dios querría que yo lo contara en el artículo que tenía preparado y que publiqué al día siguiente "¿Por qué todos tenemos un poco de Poeta, de Político y de Santo"
Y creo que Dios quería recordarnos:
EL HÁBITO NO HACE AL MONGE
Yo ahora podría decir que he visto la MANO de DIOS:
El día 4 de Marzo de este año, durmiendo la siesta, empecé leyendo que el Papa Inocencio segundo, al ser descubierto que tenía relaciones con la mujer de Bernini, fue excomulgado, condenado y que murió arrepentido.
Cuando desperté todo perplejo, me fui al ordenador para verificar si lo que me había sucedido era verdad o habría sido una imaginación mía, de algo que yo jamás había sabido y efectivamente sucedió en el año mil quinientos y pico, como lo leí.
Entonces me dio por pensar que Dios querría que yo lo contara en el artículo que tenía preparado y que publiqué al día siguiente "¿Por qué todos tenemos un poco de Poeta, de Político y de Santo"
Y creo que Dios quería recordarnos:
EL HÁBITO NO HACE AL MONGE
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