¿Quién, en su sano juicio, por mucho poder que tuviera, se
habría atrevido a proclamarlo tan
categóricamente?
“El que permanece en MÍ y YO en él, ése da mucho fruto
porque:
SIN MÍ NO PODÉIS HACER NADA”
Jesucristo,
como DIOS y HOMBRE, lo dijo y nos lo sigue diciendo aunque no lo CREAMOS.
Posiblemente
debió completar la sentencia: “No podéis hacer NADA BUENO” porque MALO es lo
que mejor sabemos y menos trabajo nos cuesta hacer con una pequeña ayudita de
Satanás.
Solamente
somos capaces de hacer COSAS BUENAS cuando pensamos y actuamos imbuidos por las
enseñanzas de Jesucristo y con su AYUDA, porque si no fuera porque estamos
UNIDOS a ÉL no haríamos nada BUENO, como bien claro también dijo
“El
que no permanece en MÍ es echado fuera, como el sarmiento, y se seca y los
amontonan y los arrojan al fuego para que ardan.
Si
permanecéis en MÍ y mis PALABRAS permanecen en vosotros, PEDID lo que
quisiéreis, y se OS DARÁ.
En esto será glorificado mi Padre, en que deis
mucho fruto, y así seréis discípulos míos”
Lo
triste es que aun creyendo que estamos UNIDOS a Jesucristo y su PALABRA en nosotros,
no hacemos el BIEN que deberíamos.
¿Dónde
está Jesús cuando mentimos, calumniamos, criticamos, o PERJUDICAMOS, a otros
por odio, venganza, envidia o engañándonos a nosotros mismos, con la falsa
creencia de que hacemos justicia?
Eso
difícilmente se produciría si fuéramos conscientes de que Jesucristo nos VE nos
OYE nos RECRIMINA y sabiendo que siempre
está dispuesto a DARNOS su ayuda para obrar el BIEN y ALIVIARNOS todos los
males que nos puedan atormentar.
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