El Dios PADRE, el HIJO y el ESPIRITU SANTO debieron de emplear
millones y millones de años, de los nuestros porque para Dios no existe el
tiempo, ya que es eterno, en CREAR todo cuanto existe y siguen CREANDO nuevos mundos CONSERVÁNDOLOS para que no vuelvan a la nada. Así que jamás podrán estar OCIOSOS.
Al recriminarle los judíos a Jesucristo el hecho de haber
curado en sábado a un paralítico, les respondió:
“Mi
Padre SIGUE obrando todavía y por eso OBRO yo también”.
Por
esto los judíos buscaban con más ahínco matarle, pues no sólo quebrantaba el
sábado, sino que decía que Dios era su Padre, haciéndose IGUAL a Dios.
Bastante
ENTRETENIMIENTO tiene Dios con seguir CREANDO, dirigiendo y manteniendo a las
múltiples nuevas vidas que salen de su propia ESENCIA que es el AMOR y, por si
era poco, el tener contados hasta los
cabellos de nuestras cabezas lo que supone de CUIDADO paternal y amoroso
inigualable.
Y para al final ACOGERNOS en su seno y
disfrutar de nuestra compañía por toda la ETERNIDAD.
En
el trabajo, un compañero de familia
numerosa me contaba que su padre cuando volvía del trabajo preguntaba a quién
habría que llevar a urgencias.
Jesucristo
no tendrá que llevar a nadie a urgencias; pero si tendrá que ver llegar a
muchos tan desfigurados por los muchos
pecados que no los conocerá como hijos
ni ellos querrán ser reconocidos como tales para no verse obligados a AMAR al
que nunca quisieron.
Puesto
que hemos sido creados a imagen y semejanza de Dios, tampoco deberemos estar
OCIOSOS.
Si
nos analizamos, comprobaremos que siempre estamos pensando o haciendo algo a no
ser que estemos dormidos y aun así no nos libramos de los sueños y pesadillas,
luego la ociosidad absoluta brilla por su ausencia.
Bien es verdad que la OCIOSIDAD es madre de todos los vicios; pero una
ociosidad controlada y bien dirigida puede ser fuente de muchas alegrías.
Estando aburrido y ocioso, ¿Se nos ha ocurrido alguna vez,
DEDICAR algunos minutos a PENSAR que Dios está dentro de nosotros y que
Jesucristo nos ESPERA en la EUCARISTÍA?
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