viernes, 11 de julio de 2014

¿POR QUÉ CALLA DIOS ANTE EL DOLOR HUMANO?


           Voy a sintetizar el extenso y profundo artículo: “El Grito de Dios” publicado en ABC por Ignacio Sánchez Cámara.

"Esta es la eterna pregunta que nos hacemos cuando vemos que Dios permite y está callado ante el dolor de los inocentes en los campos de exterminio, ante la enfermedad, la tortura, el hambre y tantas injusticias.

         ¿Puede ser ese un Dios omnipotente y, a la vez, absolutamente bueno?, pues sí, porque como decía Miguel de Unamuno: “En el DOLOR nos HACEMOS y en el PLACER nos GASTAMOS”.

         Al final de “Barcarola” de los cuentos de Hoffmann, de Ofenbach, se canta: “El AMOR nos hace GRANDES, y el LLANTO aún más”

         Nadie ha sido MÁS GRANDE que Jesús abandonado en Getsemaní y luego. CLAVADO en lo alto del Gólgota.

         El dolor AJENO nos mueve a la COMPASIÓN, nos conmueve. El PROPIO nos MODELA..

         El DOLOR es la FORJA del alma. No se puede ESCULPIR sin dar GOLPES con el cincel..

         Cabría decirse parafraseando a Nietzsche, que un hombre VALE en la medida de la cantidad de DOLOR que es capaz de soportar.

         Nada de esto significa que debamos buscar el dolor. No, Debemos evitarlo. Es un MAL, pero repleto de cosas BUENAS. El dolor es un mal; pero sus consecuencias son casi siempre beneficiosas.

         En este sentido debe leerse el excelente ensayo: “El problema del dolor” de C.S Lewis, si estoy en lo cierto, uno de los más grandes escritores del siglo XX. Su tesis central es que DIOS nos GRITA en el DOLOR. Dios NO CALLA mientras sufrimos. Habla, incluso GRITA precisamente a través de nuestro DOLOR.

Lo que nos DUELE es la voz aguda de Dios que nos LLAMA. y nosotros. Ignorantes, soberbios y sordos, aún hablamos de silencio de Dios…El DOLOR es el GRITO de Dios.

         Y habría que decirle a ÉL: “Gracias, Dios mío, por el DOLOR que me envías, pues con él me HAS SALVADO” ÉL nos SALVÓ con SU DOLOR y nos continúa salvando CON EL NUESTRO..

         El bien del hombre consiste en entregarse a Dios porque únicamente podremos SER FELICES aún aquí en la tierra, si nos ENTREGAMOS  a Dios.

         El primer principio de la educación consiste en  quebrar la voluntad del niño. El hombre no se ve obligado a quebrar su voluntad para entregarse a Dios mientras las cosas le VAN BIEN. El error moral viaja enmascarado y muchas veces no lo advertimos. El dolor, por contrario es transparente, nos asalta sin careta. Nada apresa nuestra atención y absorbe nuestra conciencia como el dolor.

         Escribe Lewis: El dolor no es sólo un mal inmediatamente reconocible, sino una ignominia imposible de ignorar.

         Dios susurra y HABLA a la conciencia a través del PLACER; pero le GRITA mediante el DOLOR.

         El dolor puede ser también el DESPERTADOR de la FE. En el fondo, la posibilidad de perfeccionarse a través de las tribulaciones forma parte de la vieja doctrina cristiana.

         El dolor puede ser algo terrible que nos conduzca a la REBELIÓN y a la desesperación; pero también puede ser la única oportunidad del malvado de ENMENDARSE y por lo tanto SALVARSE..

         San Agustín dice que Dios nos quiere DAR COSAS; pero no podemos tomarlas porque tenemos las manos LLENAS de otras cosas. En este sentido el dolor es el manotazo que nos arrebata lo que más queremos.

        El DOLOR es el último recurso de Dios para hacernos verdaderamente FELICES, es decir, buenos y sabios y SALVARNOS.
         
        EL DOLOR ES EL GRITO DE DIOS

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