Dios Padre, podría sentirse adorado en el Vaticano, en las Catedrales, Abadías, Iglesias y Monasterios como en su casa, puesto que estaría rodeado de sus más fieles servidores, aunque con algún que otro Judas.
El Dios hijo, prefirió hacerse hombre
y como inmigrante okupar la Calle haciéndola su Templo donde ricos, pobres, creyentes, no creyentes, buenos y malos, que estamos
siempre a la gresca y conseguir apaciguarnos y enseñarnos el único camino que nos puede llevar al Reino de los Cielos y entre lo mucho que nos enseñó y lo sigue haciendo, dijo:
“Tú, cuando ores, entra en tu cámara
y, cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre, que ve
en los escondido, te recompensará, porque vuestro Padre conoce las cosas de que
tenéis necesidad, antes que se las pidáis.
Así pues, habéis de orar:” Padre
nuestro que estás en los Cielos…
HÁGASE TU
VOLUNTAD, así en la tierra como el Cielo (Mt.6).
Al decir esto, le estamos dando a
Dios un cheque en blanco, debiendo saber y esperar que cuando lo haga efectivo,
será exclusivamente para nuestro bien.
Creo y espero que el Dios Espíritu Santo, el más ignorado e
invisible, y como dulce huespes del alma, al ver que las Iglesias están más vacias y Jesucristo, apena adorado, consiga, que
cada uno de nosotros llegue ser un Templo en donde Dios habite en la más intimidad.
Sería el TEMPLO más genial, porque al ser Dios esencialmente AMOR se daría un amor UNITIVO entre Dios y cada uno de nosotros.
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