En la actualidad decir camino de
vuelta parece que está reñido con el progreso que sólo habla de caminar hacia
adelante sin mirar hacia atrás.
. Es verdad que la Ciencia progresa a
un ritmo endiablado, pero somos “Animales Racionales” y lo racional
implica algo de espiritualidad con sus normas, vivimos como animales que sólo comen, bebe y se
multiplican y al prevalecer la Ley del más Fuerte, difícilmente llegará a su
META el Humanismo Cristiano.
Y si recorremos nuestra propia vida
personal comprobaremos que si no hemos llegado a la meta de la convivencia
pacífica tan deseada, habrá sido porque siempre:
Queremos tener siempre la razón
Por nuestras malas intenciones.
Por nuestra soberbia e ineptitudes
Envidias, zancadillas
y manías.
Todos deseamos que todos piensen y tengan los mismos gustos.
Y hacemos un mundo de cualquier
discusión enfrentándonos
El querer y reconocer todos estos
pecados o malos comportamientos, sería
el primer paso para llegar a la meta de la convivencia pacífica que todos
deseamos.
Pero para llegar a la meta tendríamos que:
Haber reconocido sincera y humildemente esos posibles
malos comportamientos, pidiendo perdón y restituyendo los daños que hayamos
hecho.
San Marcos en el capítulo 19 de su Evangelio nos cuenta lo
siguiente:
“Al atravesar Jesucristo Jericó, vio a Zaqueo, rico jefe de
publicanos, encaramado en un sicómoro y le dijo:
“Zaqueo, baja pronto, porque hoy me hospedaré en tu casa.
El bajó a toda prisa y le recibió con alegría.
Zaqueo en pie dijo:
Señor, doy la mitad de mis bienes
a los pobres, y si a alguien he defraudado en algo, de devuelvo el
cuádruplo.
Díjole Jesús: Hoy ha venido la salud a tu casa.
Zaqueo sí que supo recorrer un camino de vuelta para llegar a
la meta.
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