martes, 7 de septiembre de 2021

¿POR QUÉ NO PODEMOS HUIR DE NUESTRA SOMBRA NI DE LA DE DIOS?

           Porque si nadie puede huir de su sombra, tampoco podemos huir de Dios ya que: "En ÉL Somos, Vivimos y nos Movemo s" y camina a nuestro lado, como un SOL que al proyectarnos nuestra sombra en distintas direcciones, nos podrá ir aconsejando.

           No en vano en la puerta de una Sinagoga en Jerusalén estaba escrita la siguiente oración.

            "Señor, no vayas muy deprisa por si no TE puedo seguir, pero tampoco vengas detrás, porque no TE veré. Camina a mi lado ayudándome"  

           Cuando tengamos el sol de cara que nos deslumbre con una vida lena de placeres y que todo va  viento en popa, la sombra caminará detrás, y al no verla,  posiblemente, nos olvidemos que Dios va detrás intentando recordarnos  que todo esa felicidad  se pasará.

          Si el sol está a nuestra espalda  y nos proyecta delante una sombra plagada de adversidades y negruras, no podremos pisarla ni huir de ella; pero sepamos que en esos momentos Dios va por delante indicándonos el camino.
 
            Entonces podríamos decirle: "Señor no vayas muy deprisa por si no puedo seguirte ni te pongas a mi espalda porque no te veré, quédate a mi lado para ayudarme"
 
            Si  el sol camina a nuestra derecha, nos dibujará la sombra a la izquierda,  y entonces, deberemos estar atentos cuando Dios nos diga que nos opongamos a que se maten tantos inocentes y que nos eliminen los seres queridos, que tanto se han sacrificado por nosotros, porque nos estorban.

Que no votemos al partido, que se llame democrático, y sólo gobierne  para unos pocos y a espaldas de Dios.

Pero sobre todo no permitamos que nuestros hijos sean educados sin conocer a Dios y sus mandamientos, de lo contrario, no tendremos derecho a quejarnos si nos salen drogadictos etc. etc.

Si nos acompaña por la izquierda y aparece la sobra a la derecha,  también  tendremos que escuchar a Dios cuando nos ordene que sepamos escoger todo lo bueno que nos propongan, que seamos justos, solidarios y con críticas constructivas.

Si se consigue que se eduque públicamente en cristiano, no se debe olvidar que en el seno de la FAMILIA cristiana es donde mejor se les puede enseñar a amar a DIOS. y a los demás.

Esté donde esté el sol y nuestra sombra nos persiga, nuestro caminar deberá ser como Dios le ordenó a Abraham:
 
“Ambula coram me et esto perfectus” o sea 
 
 CAMINA EN MI PRESENCIA Y SERÁS PERFECTO

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