El Dios Padre, el Hijo y el Espíritu Santo que están Arriba se manifiestan aquí abajo
El Dios Padre con el FUEGO ya que desde la zarza que ARDÍA y
no se CONSUMÍA se nos dio a conocer diciendo: YO SOY EL QUE SOY
Y por
lo tanto TODOPODEROSO pudo darnos a conocer el fuego y todos los demás inventos
que hemos conseguido y seguiremos consiguiendo con trabajo para nuestro ORGULLO
y satisfacción de Dios, que como padre se ALEGRA Y SE DIVIERTE siempre que lo
descubierto sea para el BIEN de todos y no para ANIQUILARNOS
El Dios Hijo, Jesucristo con el AGUA del Bautismo nos
purifica borrando nuestros pecados y ABRIRNOS las puertas de la GLORIA.
Así como el agua lo mismo calma la sed que nos ahoga y MANA en sus fuentes sin que nadie
BEBA en ellas, Jesucristo que se ha quedado entre nosotros y permanece oculto
en la Eucaristía MANANDO
día y noche sin que nadie BEBA.
El Espíritu Santo, que por se la tercera persona de la Santísima Trinidad
podríamos creer de menos categoría, por ser el AIRE que es tan INVISIBLE que nadie lo ve ni lo toca y es lo más
poderoso y misterioso.
El
día de Pentecostés se produjo de repente un ruido proveniente del cielo como el
de un VIENTO que soplaba impetuosamente invadiendo toda la casa y unas lenguas
de fuego se posaron sobre cada uno de ellos.
Todos
los presentes, que eran Partos, Medos, Elamitas, los que habitan Mesopotania,,
Judea, Capadocia, el Ponto, Asia, Frigia y Panfilia, Egipto, Libia, Cirene,
Romanos, Judíos, Cretenses y Árabes, OYERON en su PROPIA lengua lo que los
Apóstoles, Galileos, les estaban ENSEÑANDO.
Pidamos
que el Espíritu Santo consiga que nuestros Gobernantes tan distantes y
distintos ESCUCHEN y ACEPTEN la UNIFICADORA
VOZ DE DIOS.
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