Porque cada uno somos ÚNICO y Dios, aunque parezca mentira, escribe lo que pensamos, queremos y hacemos cada uno de nosotros.
Si pudiéramos leer el nuestro y los de algunos
conocidos, comprobaríamos que el nuestro era único.
Al darnos Dios la vida, nos imprime en
lo más hondo de nuestro ser los principios del bien y del mal y nos deja en
libertad para que los manejemos correctamente.
El que sea capaz, tenga paciencia,
curiosidad y tiempo, como lo tiene para conocer vidas ajenas leídas,
televisadas etc. que abra el libro de su vida, desde el comienzo, vaya leyendo
y comprobará que en muchas etapas de su vida los renglones han sido escritos
rectamente sin faltas de ortografía ni borrones porque todo ha sido como coser y cantar y por lo
tanto los renglones más bonitos y añorados.
Posiblemente en algunas etapas de su
vida en las que Dios ha tenido que dejar de escribir porque todos los renglones
salían tan torcidos, con tantos borrones y no cuenta nueva, que se salían de la
página y por lo tanto imposible de leer y desearía que se le pudieran borrar.
Algunos podrán leer la tercera y última
etapa de su vida y por aquello de que a la tercera va la vencida, han podido ir reescribiendo lo mal escrito en
etapas anteriores y sobre todo escribir ahora todo lo más correcto y sublime de lo que le quede de vida
para que su libro pueda exhibirse en los anaqueles del Cielo como algo extraordinario
y con ganas de que Dios se lo relea.
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