Si echamos un vistazo a la historia y a nuestra propia
vida, comprobaremos que casi siempre han vencido los que han aguantado,
resistido y no se han rebelado.
El que en su vida social, laboral,
familiar, sepa, aún así mismo, aguantarse cuando le surjan problemas o no le
salgan las cosas como desearía, saldrá ganando siempre.
¿Qué se GANA con rebelarse, defenderse,
porque uno se sienta marginado, incomprendido,
o mal tratado si el que hace esas tropelías es un soberbio, un engreído, un
injusto, mala persona o sencillamente
tozudo que jamás se viene a razones? NADA porque sería darse contra un
muro y saldría, como menos, escalabrado, cabreado.
Si aguanta, resiste y no entra en
discusiones e inútiles defensas, y PASA de ÉL ganará en tiempo y sobre
TRANQUILIDAD.
Y además, si todo este aguante y resistencia se
hace por amor a Cristo, lo habrá GANADO TODO como lo hicieron los
Santos.
Como una imagen o ejemplo valen más que mil palabras
sepamos lo que Jesucristo, aguantó sin decir ni una palabra,
Jesús aguantó el tener que nacer, fuera de su casa,
como niño y no ya como hombre poderoso, en un pesebre y encima tuvo que huir y
sus padres no dijeron ni una palabra de queja. ¡¡Lo mismito que nosotros!!
Si así de humillante, inexplicable e inaguantable fue
el nacimiento de Jesucristo, no hay quien entienda que estando sufriendo en la Cruz la injusticia más cruel
de todos los tiempos y siendo Dios, sólo ABRIERA su boca para perdonar a sus verdugos y luego
QUEJARSE a su Padre pidiendo ayuda.
Cuando nos tratan injustamente sin posibilidades de
defendernos, lo PRIMERO y único que sabemos hacer despotricar, insultar
etc.etc, pero pocas veces nos quejamos humildemente a Dios suplicando su AYUDA.
Y resulta que es
DIOS el que más ha AGUANTADO, aguanta y tendrá que aguantarnos a cada uno de
nosotros, que somos millones y millones,
y casi siempre, con un talante que no hay quien nos aguante por cualquier
contratiempo.
¿No seríamos más felices viviendo
aquello “A lo hecho pecho”, sabiendo pasar de tantas minucias para centrarnos
más en Dios recordando lo de Santa Teresa:
Nada te turbe
Nada te espante.
Quien a Dios tiene
Nada le falta
SÓLO DIOS BASTA?
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